ACTIVISTA ASESINADA EN RUSIA


Amnistía Internacional ha condenado firmemente el asesinato, cometido el lunes 15 de julio, de Natalia Estemirova, destacada activista de derechos humanos que trabajaba en la región del Cáucaso Septentrional y que desde hace tiempo estaba unida por lazos de amistad a la organización.

“El asesinato de Natalia Estemirova es consecuencia de la impunidad que persiste con el beneplácito de las autoridades rusas y chechenas”, señaló Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional.

Natalia Estemirova, una de las dirigentes de la ONG rusa de derechos humanos Memorial en Grozny (Chechenia), fue secuestrada esta mañana alrededor de las 8.30 hora local. La introdujeron en un vehículo blanco (VAZ-2107) y la llevaron a un lugar desconocido. Según testigos, Natalia Estemirova logró gritar que la estaban secuestrando.

Horas más tarde, la agencia de noticias rusa Itar-TASS informó de que su cadáver había sido encontrado en la república vecina de Ingushetia con heridas de bala.

“Las violaciones de derechos humanos que se cometen en Rusia, y especialmente en el Cáucaso Septentrional, no pueden seguir pasándose por alto. Las personas que defienden los derechos humanos necesitan protección”, afirmó Irene Khan.

“La terrible tragedia del asesinato de Natalia Estemirova es un delito que debe ser denunciado por las autoridades, y debe hacerse todo lo posible por llevar a los autores ante la justicia. Este crimen es un intento más de amordazar a la sociedad civil de Rusia y pone de relieve la inestabilidad de la región.”

“Natalia Estemirova era una mujer muy valiente y ejemplar que nunca se cansó de defender los derechos humanos del prójimo. Era una persona verdaderamente excepcional y amiga de muchos de nosotros”, afirmó Irene Khan.

“La noticia de su muerte nos ha conmocionado y entristecido y deseamos expresar nuestras más sinceras condolencias a la familia de Natalia Estemirova, a sus amistades y a sus colegas.”

Natalia Estemirova realizaba una labor importantísima de documentación de violaciones de derechos humanos en la región, como tortura y otros malos tratos, homicidios ilegítimos y desapariciones forzadas, desde el comienzo de la segunda guerra de Chechenia en el año 2000. También se dedicaba a prestar ayuda a personas desplazadas y otros grupos socialmente desfavorecidos. Nadie ha reivindicado la autoría del crimen, pero sus colegas creen que ha sido asesinada por sus actividades de derechos humanos.

Su trabajo ha sido reconocido tanto nacional como internacionalmente por numerosos galardones, como la medalla Robert Schuman del Parlamento Europeo (2005) o el Right Livelihood Award del Parlamento Sueco (2004, conocido como el “Premio Nobel de la Paz Alternativo”), y también fue la primera galardonada del Premio Anna Politkovskaya (2007).

El asesinato de Natalia Estemirova arroja más luz sobre las precarias condiciones en las que trabajan los defensores y defensoras de los derechos humanos en la Federación Rusa. A este crimen le preceden otros dos homicidios cometidos este año: el del abogado de derechos humanos Stanislav Markelov y el de la periodista Anastasia Baburova, ambos íntimos amigos y compañeros de la periodista Anna Politkovskaya, asesinada en 2006.

Amnistía Internacional insta a que se ponga fin a la impunidad por el asesinato de defensores y defensoras de derechos humanos, periodistas y profesionales de la abogacía en Rusia

¿ CUAL ES TU HISTORIA ?



No me canso de escucharla !qué voz! Puedo ver cantar a Susan Boyle en you tube, una y otra vez, sin parar. Si cierro los ojos, me imagino que ese prodigio de voz surge de una mujer joven, como de princesa de cuento, bella tipo Cenicienta o Blanca Nieves. Qué lección nos ha dado al mundo entero que solemos juzgar de inmediato por las apariencias.

La historia de esta mujer de 47 años, aldeana, simpática, desempleada por el momento, dedicada a su casa y a su gato, que siempre tuvo el sueño de cantar frente a un público y ser reconocida, ha encontrado su climax, que transformará el resto de su vida.

Al igual que Boyle, todos tenemos una historia con un –principio, un punto medio y final. Así mismo tiempo, contiene tono, trayectoria, trama, climax y demás como la de cualquier novela. Con el fenómeno de ésta mujer escocesa, llama mi atención ¡Cómo nos atrae conocer historias de triunfo, como lo es la de Susan Boyle, la de Lance Armstrong, la de Tigger Woods, por citar algunas. La razón es que hacen resonancia con lo más profundo de nuestro ser, con ese pequeño espacio, en el que sabemos que también tenemos el potencial de convertirnos en un héroe de historieta.

Tu historia ¿Qué cuenta? ¿Cómo ha sido? y ¿Cómo será en el futuro? El único momento que tenemos para cambiarla es hoy. La historia que tú y yo contamos, consciente e inconscientemente, está en todos lados. Tu cuerpo cuenta una historia. Tu cara cuenta una historia. Tu sonrisa, tu fruncir de seño, tu forma de caminar, tus hombros hacia atrás en señal de confianza, o encorvados en fatiga. El brillo de esperanza en tus ojos o la mirada fija en blanco. El tono de tu voz, revela una historia, no sólo en lo que dices sino en cómo lo dices. Tu peso corporal, el tono de tus músculos, en fin, todo en nuestra vida forma parte de nuestra historia.

Creo que lo que importa aquí, no es la historia que otros leen en nosotros, sino la historia que nos contamos a nosotros mismos. Eso es lo que determina nada menos que nuestro destino personal y profesional. Estoy segura que Susan Boyle, siempre creyó en sí misma, en su talento, en su historia y una vez convencida, se esmeró y nos convenció a todos.

Toda buena historia que trasciende, contiene un elemento que las diferencia de las malas historias: un propósito, un sentido. Sin un propósito, ningún personaje de novela, de película haría nada interesante, con sentido o memorable. "Aquel que tiene un por qué vivir, dijo Nietzsche, puede lidiar con el cómo. Lo mismo sucede con nuestra historia personal. Sin un propósito, no hay coherencia, no hay dirección, no hay significado.

En cambio, cuando tenemos un propósito claro, podemos hacer cosas extraordinarias. inteligentes, con frecuencia heroicas y sin precedente. Por ejemplo, muchas mujeres fumadoras que no han podido dejar el cigarro, en el momento que saben que esperan un bebé, en un instante dejan de fumar. De repente, hay un llamado mayor, un propósito que las atrae más fuerte que la adicción misma.

A lo que voy, es que el tener un propósito en la vida por el que luchar, ese que defenderías a toda costa, puede cambiar nuestra historia. ¿lo tenemos claro? ¿Algo por el qué vivir? Para algunos, el sentido de su vida está muy claro, para otros, a veces toma tiempo encontrarlo. Escalar el Everest, crear una Fundación de ayuda al prójimo, lograr que unos padres se sientan orgullosos, formar una familia, una empresa, o cantarle al mundo como en el caso de esta talentosa mujer escocesa.

¿Cuál es tu propósito y tu historia?

EN TU MEJOR MOMENTO


"¡Estoy traumada porque ya llegué a los 30!", le dice una joven a otra. "No, ¡espérate que llegues a los 35!", le contesta su amiga. Mientras las escucho, pienso que estas jóvenes, no se dan cuenta de que apenas inicia la mejor etapa de su vida.

Si, desde que cumplimos los 30 años, el tiempo parece que nos persigue como una fiera. Pasando esa edad, hombres y mujeres sentimos la necesidad de correr más fuerte con la ilusión de que éste no nos alcance. Es ahí cuando, al vernos en el espejo, y sintiéndonos igual de jóvenes que siempre, comenzamos a tener pensamientos tipo "Siento que el cuerpo me está cambiando", "Mi energía como que ya no es la misma", "Ya no aguanto las desveladas como antes", "Mi cuerpo requiere de más tiempo para reponerse y más esfuerzo para conservarse en forma" y otras tantos razonamientos que tratamos de reprimir.

En esta edad, comienza a gestarse la crisis de la mitad de la vida, que culmina alrededor de los 42 años. Comienza el mediodía de nuestra vida y empiezas a vislumbrar que te haces "grande". Inexorablemente.

Como esta semana celebramos el Día Internacional de la Mujer, me quiero dirigir a mis queridas lectoras, sobre todo a las que atraviesan por esta etapa y sienten esa ansiedad que producen preguntas tipo ¿a dónde voy ahora? y temores como: "la vida no me va a alcanzar para realizar todos mis sueños, en especial si tengo hijos pequeños", y otras tantas más.

Como ya he pasado por esa crisis –lo cual no garantiza que me salve de otra–, quiero decirte que, por lo general, cuando llegamos a los 42 años, no sólo sentimos muchas pérdidas, sino también lo que ellas acarrean: miedo a perder mi tiempo, la juventud, a que mis hijos se vayan… por lo que es común aferrarse al papel de mamá gallina y resistirse a ver que ellos ya no nos necesitan como antes. Y si elegimos la opción de atender a nuestra familia de tiempo completo, sentimos que las oportunidades de tipo profesional y la vida se escapan. Así que se vive la maternidad con un sentido de pérdida, en mayor o menor grado.

Además, las mujeres que necesitan o deciden salir a trabajar, viven con el sabor del remordimiento. El caso es que si estoy aquí siento culpa y si estoy allá, también. En fin… Así, nos olvidamos de que antes que mamás, somos mujeres y que como dice la frase: "Gozamos poco por lo mucho que tenemos y sufrimos mucho por lo poco que nos falta".

Para aliviar lo anterior, la sociedad de consumo te invita a comprar más cosas, a tener más dinero, a subirte a lo que yo llamo "El camión de los payasos", al que todos nos subimos con máscaras. "¿Cómo estás?", te preguntan, y tú contestas "Muy bien", cuando no es cierto. La otra persona, al irse, se dice: "¿Cómo es posible que ella esté tan bien y yo no?". El camión de los payasos. Y todo esta superficialidad, de momento, parece que borra los miedos. Pero no es cierto.

Si en lugar de angustiarte por lo que inevitablemente vas perdiendo, te enfocas en lo mucho que te falta por recorrer, por hacer, por crear, y te dedicas a ver todo lo que tendrías que agradecerle a la vida, comenzarías a darte cuenta de que estás en el mejor momento de tu vida.

Cómo me gustaría transmitirles a todas esas mujeres de treinta y tantos años que ya se sienten grandes y temen que la vida se les escapa que, sin importar la edad, la solución está en cultivar tu interior, en dedicarle tiempo y energía, en afianzarte en lo que eres, en ser más fuerte y firme en tu vida. Sólo así, podrás enfrentar cualquier tipo de pérdida. No hay de otra.

ESTE ARTICULO ME LO MANDO UNA AMIGA, Y QUISE REPRODUCIRLO AQUI POR QUE ME PARECIO MUY BUENO, ESPERO LO DISFRUTEN TANTO COMO YO...

PREOCUPACION SANA VS TOXICA


Hoy la mayoría de las personas tenemos de qué preocuparnos. Sobra mencionar las razones que se nos pueden presentar. Sólo que hay dos clases de preocupación: la sana y la tóxica.

Los que padecen preocupación tóxica convierten el estómago en un "punching bag", no duermen por las noches, padecen dolores crónicos de cuello, erupciones en la piel o gastritis, por dar algunos ejemplos. Pero a veces, en el fondo, no hacen nada para dejar de preocuparse. Incluso hay expertos en estrés que, aún en tiempos de bonanza, siempre encuentran motivos para angustiarse. De todo esperan ¡lo peor! Incluso piensan: "Si todo está bien, significa que algo me va a pasar…".

La preocupación sana, por el contrario, es aquella que te mueve a hacer algo, a ocuparte, a crear un plan. Ya sea que busques a un amigo para confiarle tus temores, acudas al médico, hagas la llamada para enfrentar el problema, encuentres una solución, en fin, lo que se conoce como "tomar al toro por los cuernos".

Según el doctor Edward Hallowell, psiquiatra y catedrático de Harvard Medical School, autor del libro Preocupación: esperanza y ayuda para un problema común, los cinco motivos principales de preocupación son: salud, hijos, dinero, seguridad en el trabajo y las relaciones personales.

Para preocuparnos de una manera sana, el doctor Hallowell propone lo siguiente:

No te preocupes solo. Para que el problema no pase a la zona tóxica, háblalo con alguien, puede ser tu pareja, un colega, una la amiga. Sácalo de tu sistema. Algo curioso es que aunque hombres y mujeres nos preocupamos igual, los hombres no suelen exteriorizar sus sentimientos, por lo que padecen más tensiones y enfermedades relacionadas con el estrés. En cambio, las mujeres, al platicarlo con las amigas, nos liberamos de la angustia más fácilmente. Así que suéltate y platica.

Considera sólo los hechos. ¿Sabías que el 90 por ciento de los problemas, no son reales? La preocupación tóxica se da cuando no tienes toda la información necesaria para hacer una evalución realista, entonces la loca de la casa –la imaginación–, de inmediato entra en escena. Trata de ser objetivo.

Haz un plan. Si por ejemplo, no tienes trabajo, organiza una estrategia. Ocúpate. Busca opciones de empleo en internet, llama a todos tus conocidos para comunicarles que buscas empleo y envía tu currículo a todas las empresas posibles. Cuando actúas, canalizas la preocupación y ésta de inmediato toma otro camino.

Haz ejercicio. Cuando tienes un problema y sientes que éste te aplasta, si haces ejercicio parece reducirse a la mitad. Esto se debe a las sustancias químicas que se generan en el cerebro, mismas que te estimulan mentalmente y te rejuvenecen. Además de quitarte la ansiedad, las posibilidades de depresión se reducen.

Ora o medita. Cuando no está en tus manos resolver el problema, lo mejor es orar. La fe es como una armadura que nos sostiene y nos da serenidad en los momentos más difíciles.

Aunque los recursos anteriores te pueden ayudar a canalizar positivamente las preocupaciones, si encuentras que no son suficientes, lo aconsejable es visitar a un doctor para que te ayude a superar la angustia con algún medicamento. Según Hallowell, un tratamiento correctamente recetado y al cual se da el seguimiento adecuado puede, materialmente, cambiar la vida de las personas.

No podemos aspirar a no preocuparnos jamás, es lo normal; pero hacerlo de una manera sana o de una manera tóxica, es responsabilidad de cada uno de nosotros, ¿no crees?

GENTE TOXICA


Somos tan susceptibles emocionalmente que no sólo recordamos las cosas feas que vivimos siendo pequeños, sino que tendemos a vivir guiándonos por esas palabras o acciones que en su momento dejaron una huella en nosotros. "Uno de los factores que me hicieron caer en la anorexia", me dice Ana, "fue el haber oído de boca de un conocido: 'Por eso no tiene novio tu amiga, esta re gorda'." Asimismo, escuchar continuamente frases como "nunca vas a lograr nada" o "eres un mediocre", provenientes de una maestra o un familiar, puede tener resonancia en la vida adulta de una persona estancada, por ejemplo, en su crecimiento profesional.

Es increíble comprobar la existencia de la gran cantidad de mensajes negativos que un día se grabaron en nuestra consciencia y hoy afectan nuestra autoestima y desempeño.

A los verdugos que descargaron comentarios negativos, nos hirieron e incluso nos paralizaron, bien podríamos llamarles "gente tóxica". Personas que sin importar la edad que tengas, daña tu mente, tus emociones y tu salud; puede ser desde un compañero de clase, un hermano, un profesor, una mamá, un novio, una esposa, un jefe o un compañero de trabajo.

Gente tóxica es cualquiera que de alguna manera envenene tu vida, que no te apoye, que te haga sentir menos, que no se alegre con tu crecimiento, que no desee tu bien. Uno de los mayores daños que puede causarte, tanto en el presente como a futuro, es robar tu energía. Su sola presencia o cercanía te daña, hace que te enfermes o bien, que termines agotado. Yo suelo llamarlos también "Vampiros Energéticos"...

Lo peor es que después de haber estado con la persona toxica, nos atormentan pensamientos tipo: "Le hubiera dicho" o "hubiera hecho tal o cual cosa."

¿Cómo reconocer a una persona tóxica?

Contesta sí o no a las siguientes preguntas:

  • ¿Te sientes ignorado, una "no persona" cada vez que estás cerca de ella?
  • ¿Cuando estás con ella, terminas sintiéndote menos atractivo, menos inteligente, menos capaz, menos… menos…?
  • ¿Te sientes más irritable, más tenso, más nervioso, más vacío o malhumorado después de hablar con ella?
  • ¿Buscas maneras de evadirla?
  • ¿Te trata diferente en público que en privado?
  • Después de compartir un tiempo con ella, ¿te sientes agotado, con la energía por los suelos, como si un vampiro te la hubiera succionado?

Si encuentras que contestas afirmativamente a más de tres preguntas, puedes darte cuenta de cómo una persona tóxica te afecta, física, mental y emocionalmente.

Cabe aclarar que alguien puede ser tóxico para una persona y no serlo para otra.

¿Qué hace que una persona sea tóxica?

De acuerdo con los psicólogos, la respuesta es la inseguridad y los celos o envidia subsecuentes. En casa tengo dos perros labradores, uno negro y otro café. Cada vez que acaricio a uno, el otro gruñe, ladra, trata de morderme la mano y me brinca para llamar mi atención. No puede con los celos. Así sucede también con los humanos. Los celos y la envidia surgen cuando nos sentimos inseguros o sentimos que carecemos de algo que otra persona tiene.

Todos queremos sentir que los demás nos reconocen, aprecian y respetan; deseamos escuchar palabras de aliento que nos ayuden a encontrar el sentido de nuestra existencia en este mundo.

¡Limón en los ojos! Eso era lo que una niña, de un grado superior del colegio, le echaba a las de nuevo ingreso. Yo veía con pavor cómo varias alumnas grandes atrapaban a la niña nueva para torturarla, reírse de ella y botarla después. Si como observadora se me quedó grabada la crueldad, ¡me imagino lo terrible que fue para las que la padecieron!

Nadie nos salvamos de tener que convivir con una persona tóxica en las distintas etapas de la vida. Y todos tenemos también algo de tóxico.

¿El motivo?

Como mencioné, la inseguridad, los celos y la envidia son las causas principales de que una persona se convierte en tóxica para otra y los motivos por los que la que la mayoría de las relaciones terminan. Diversos estudios comprueban que una persona con baja autoestima hace lo que sea para sabotear las relaciones, o bien, para sentirse importante o llamar la atención –aunque sea de manera negativa.

A la gente tóxica le molesta cuando otra persona tiene éxito, es atractiva, muy flaca, muy gorda o muy alta; cuando es simpática, culta o cuando la promueven en el trabajo. Los celos, la llevan a actuar de una manera irracional.

¿Qué se puede hacer con la gente tóxica?

Es interesante conocer las diferentes maneras en que otras culturas resuelven este problema. Los indonesios, por ejemplo, clavan en la puerta de entrada una máscara de madera con cara de monstruo y dientes filosos. Los chinos colocan perros de piedra que se asemejan a un león para vigilar el acceso. Los japoneses disponen pilares de sal fuera de la entrada de su vivienda y negocios para ahuyentar a las fuerzas malignas. Bien podríamos imitar sus soluciones, pero tal vez no sean suficientes…

Muchos psicólogos recomiendan "cerrar la puerta", dejar ir los pensamientos negativos y perder todo contacto con esa persona tóxica. Ojalá y siempre se pudiera… pero, ¿si es tu jefe?, ¿tu suegra? o ¿tu mamá?

¿Cómo neutralizar a la gente tóxica?

Si convives mucho tiempo con ella y permites que su negatividad te invada, el enojo y la hostilidad pueden afectar en tu organismo la producción de la hormona norepinefrina, misma que eleva la presión sanguínea y aumenta el riesgo de padecer un ataque al corazón o un infarto, entre otros males.

Para que logres sentirte mejor en compañía de una persona tóxica, puedes seguir las siguientes recomendaciones:

  1. Practica la respiración liberadora. Cuando la persona es alguien a quien no puedes evadir, lo mejor es controlar tus reacciones para que no te haga daño. Mientras piensas en la persona tóxica respira a través de la boca por dos segundos; sostén el aire por tres; luego, al tiempo que exhalas, suelta la negatividad y sácala de tu sistema con todas tus fuerzas, hasta quedarte sin aire. Repite la respiración unas tres veces y respira normal. Esta respiración te proporciona calma y te permite pensar antes de actuar.
  2. Usa el humor, éste siempre será una de las mejores formas de liberar el estrés. Así que después de llevar a cabo la respiración liberadora, piensa en algo divertido, ridículo o tonto. No importa lo que sea, con tal de que te haga reír.
  3. Sé comprensivo. Es probable y común que la gente tóxica no haya recibido suficiente amor en su vida. Compréndela. Seguro que ha sentido mucho dolor, vacío y soledad. Cuando respondemos comprensivamente, la negatividad se disuelve.
  4. Vivir para darle gusto a todos es imposible, pero lo que sí podemos hacer es amarnos a nosotros mismos, aceptarnos y comprender que siempre habrá alguien que sienta que somos una amenaza para su seguridad psicológica, la mayoría de las veces, sin razón alguna. Por ello, querido lector, te invito a que te liberes de las heridas que en el pasado te han causado las personas tóxicas y a que vivas tranquilo sabiendo que está en ti decidir cómo entran en tu vida.


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