LA PIEL Y LAS EMOCIONES


La cara es el espejo del alma y la ventana al exterior de todas las emociones que pululan y saltan de célula en célula desde el primer momento de vida.
Las emociones, que son alteraciones del ánimo intensas o pasajeras, agradables o tristes, acompañadas de cierta conmoción somática, no pasan por el manto epidérmico sin dejar una profunda huella.

¿Cómo influye en la dermis el paso de la tristeza, la alegría, la ira, el miedo, el temor, el deseo o el amor? "La felicidad y el bienestar muestran un rostro luminoso y bello, mientras que la tristeza y el temor lo exhiben apagado y flácido, además de subrayar las líneas de expresión", explica Patryck Aguilar, experto en facioterapia.

"Afecta de manera estética y patológica. Tras un periodo de estrés laboral, la pérdida de un ser querido o una ruptura sentimental se propicia un desajuste en la piel y surge el acné o la soriasis, mientras que, si se disfruta de momentos de bienestar, dicha y felicidad, la piel desprende una luz especial", añade el especialista.

Reflexoteparia facial
La facioterapia, creada hace treinta años por el doctor vietnamita Bùi Quôc Châu, es un método de reflexoterapia facial que, además de servir de apoyo a tratamientos cosméticos, desbloquea puntos energéticos, cerrados a causa de alteraciones emocionales.

"Cada órgano del cuerpo humano está reflejado en los más de 240 puntos que el doctor Châu ha dibujado en el rostro. Presionando sobre ellos se consigue aliviar afecciones, eliminar el acné, mejorar la celulitis, drenar toxinas, purificar la piel, difuminar las arrugas y mejorar el riego sanguíneo", dice el profesor Patryck Aguilar.

Para presionar y hacer mayor hincapié sobre los 42 músculos faciales, el doctor Châu ha diseñado diferentes herramientas, con rolones, rodillos, púas y bolas de cobre o de acero inoxidable, capaces de prevenir el envejecimiento prematuro y recuperar la firmeza, la energía y la luz.

El uso a diario de estos detectores de puntos energéticos fomenta la regeneración y reestructuración de la epidermis, borra las machas de la piel y atenúa los signos de fatiga y los efectos nocivos de la radiación de los rayos UVA y AVB.

Cosmética activa
La dermis, aparte de ser la envoltura viva del cuerpo humano, es el órgano que se comunica con el mundo exterior y está íntimamente ligada al cerebro a través de hormonas y neurotransmisores, premisa que ha servido de base para el desarrollo de la neurocosmética.

La cosmética activa utiliza ingredientes capaces de estimular la liberación de las endorfinas, encargadas de potenciar la felicidad, el bienestar, el placer y la relajación.

La actitud positiva ante la vida es determinante en el proceso de envejecimiento, ya que estimula las moléculas del bienestar, directamente implicadas en la formación de la barrera cutánea y en la hidratación de la piel.

El olfato, la vista y el tacto también tienen un papel fundamental en el concepto de belleza con sentimiento, ya que el cerebro se sirve de estos sentidos para recordar experiencias y asociar ciertos olores a momentos dulces.

La firma Guerlain, pionera en neurocosmética, lanzó al mercado la línea "Happylogy". Tras ella, muchas compañías se dieron cuenta de que a la piel, además de tratarla en función de su textura -grasa, seca o mixta- , también se debía cuidar según el estado emocional.

De tal modo que una piel estresada debe recibir las virtudes de un tratamiento relajante, mientras que a una dermis triste le sentará fenomenal un serum que proporcione energía y la ilumine.

La ansiedad, la falta de sueño, los disgustos y los enfados intoxican la dermis, la llenan de impurezas y la trasforman en un manto opaco y gris que se puede convertir en luminoso y sonrosado con productos calmantes y desintoxicantes, siempre y cuando sonría a menudo.

A tener en cuenta


El miedo congestiona los músculos de la frente y los de la cuenca ocular, haciendo hincapié en las patas de gallo.

La tristeza dirige las cejas hacia abajo y desarrolla la flacidez del óvalo facial.

Los disgustos y los enfados marcan sin piedad las arrugas del famoso código de barras, situado sobre el labio superior.

Las penas otorgan un aspecto melancólico al rostro, además de pintarlo en gris.

La alegría y una buena sonrisa iluminan la piel y envuelven la cara con un halo de terciopelo y proporcionan brillo a la mirada.

UN ABRAZO SALUDABLE


Tocar y que nos toquen, además de un estímulo, es una necesidad para nuestro equilibrio psicológico y emocional. Es una las herramientas clave con la que nos vamos construyendo como personas en la interacción con los demás y con la cual vamos forjando nuestra autoestima.

Cuando somos bebés, no utilizamos las palabras para comunicarnos porque todavía no hemos tenido tiempo suficiente de aprender el lenguaje verbal.
Nos relacionamos con los demás y con el mundo, mediante el lenguaje no-verbal, es decir sin palabras: mediante el contacto físico, la mayor proximidad o distancia, el llanto, la risa, los gestos de la cara y manos, los movimientos de nuestro cuerpo.

A medida que pasan meses y años, aprendemos y usamos el lenguaje verbal, que acabará predominando en nuestra comunicación. Las palabras van sustituyendo a lo no-verbal y su inmensa riqueza, ya que cuando el cuerpo ¿habla¿ lo hace con una autenticidad, intensidad y alcance, que están más allá de lo que pueden trasmitir las palabras por si solas.

Las miradas, la expresión facial, la sonrisa, los gestos, el volumen, entonación e inflexión de la voz, su velocidad y claridad...

Son los ladrillos que conforman todo un lenguaje que no sólo complementa y enriquece el mensaje verbal sino que constituye un abanico de elementos autónomos y con significación propia que otorgan credibilidad y fiabilidad a nuestras palabras, establecen nuestro grado de coherencia y marcan las relaciones que establecemos con los demás.

Dentro de los diversos tipos de comunicación no verbal, la táctil es una de las que menos se prodiga, pese a su gran potencial.

SIDA, MUJERES Y DISCRIMINACION


Las mujeres portadoras del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o enfermas de sida son excluidas o sufren mayor estigma social que los hombres en El Salvador, de acuerdo con una investigación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Las mujeres sufren manifestaciones de estigma en mucha mayor medida que los hombres, incluso que las personas transgénero.

Estas son las conclusiones del estudio de "Estigma y Discriminación en Personas con VIH", el primero de este tipo que se realiza en Latinoamérica y que fue presentado esta semana tras consultar en el país a 688 personas con el virus.

Este comportamiento contra las mujeres es cultural. Cuando un hombre sale positivo, su pareja tiene que aceptarlo y lo acepta y se calla; en cambio, cuando una mujer sale positiva, es mucho más castigada con estigma, incluso de su propia pareja. La discriminación de las mujeres viene principalmente de sus parejas, y lo atribuyó a la inequidad de género.

El informe indica que el grupo de mujeres sufrió en mayor medida "murmuraciones", "acoso" o "agresión física" e insultos verbales.

Un 15 % del total de entrevistados admitió haber sido víctima de discriminación social, un 11.9 % de discriminación religiosa y un 10.2 % de discriminación familiar.

Un 31,4 % sintió alguna manifestación de discriminación; un 28.9 % escuchó murmuraciones, un 11.8 % sufrió insultos verbales, un 5.7 % acoso físico, y un 3,3 por ciento agresión física.

En cuanto a las formas de autoexclusión, un 67.2 % decidió no tener más hijos, un 34 % no tener más relaciones sexuales, un 33.3 % no contraer matrimonio, un 26.9 % se aisló de sus familiares y amigos, y un 25.9 % prefirió no asistir a reuniones sociales.

Además, 16.9 % evitó ir a una clínica local cuando lo necesitaba, un 15 % desistió de solicitar un empleo o un ascenso laboral y un 14.1 % decidió dejar de trabajar.

Las personas con VIH todavía se niegan a revelar su diagnóstico por diversos temores que tienen al respecto de cuál es la reacción de las demás personas.

ESTRES LABORAL Y MUJERES MULTIFUNCIONALES...


El exceso de trabajo, la crisis, las reuniones, las obligaciones, las responsabilidades, un nuevo proyecto o el final de éste, son situaciones cotidianas que marcan la pauta en la vida moderna.

Sin embargo, ante este escenario existen muchas personas que sucumben y caen en cuadros de estrés, lo que según la Organización internacional del Trabajo (OIT), es una 'enfermedad peligrosa para las economías industrializadas y en vías de desarrollo, que perjudica la producción al afectar la salud física y mental de los trabajadores'.

El estrés dentro del trabajo puede generarse tanto por factores externos como internos, los primeros tienen que ver con agentes como ruidos molestos, exceso en las cargas de trabajo, el frío, la poca luminosidad, espacios demasiado pequeños, entre otros. Los internos en tanto, tienen que ver con los aspectos que determinan a una persona, por ejemplo la poca tolerancia a la frustración, la excesiva auto exigencia, la dificultad de organización, etc.

Esta enfermedad es bastante común, lo que no quiere decir que sea una patología simple, todo lo contrario, es bastante compleja y lo es más aún para aquellas personalidades que tienen mayor riesgo de caer en un cuadro de estrés, principalmente el 'workoholic' o adicto al trabajo, que muchas veces olvida que debe trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Esta actitud afecta el rendimiento personal y por ende, al de la organización, pero también se extrapola a lo personal y familiar. Por ello es de vital importancia manejar y controlar a tiempo los primeros síntomas de esta patología, como la irritabilidad, ansiedad, insomnio, dolores de cabeza, entre otros, a fin de evitar severos daños posteriores tanto físicos como psicológicos.

Algunas medidas

Primero lo primero. Enfócate en tu trabajo y delibera por dónde vas a empezar, seguro puedes dividir entre las tareas que tienen una importancia normal, las urgentes y las inmediatas. Comienza por las que califiquen en esta última categoría, organiza tu calendario y las metas que debes obtener, pero no intentes abordar muchas cosas a la vez. No te sobre exijas y si puedes, delega o pide ayuda en los temas que puedan ser trabajados por un tercero. Esto ciertamente te ayudará a manejar y controlar las situaciones estresantes.

Por otro lado, es importante que aprendas a manejar tu horario y dividir el día. Tómate unos minutos de descanso para respirar y mover brazos y piernas. Si trabajas la mayor parte del tiempo sentado, deja algunos intervalos para ir por un café, un vaso de agua o algún snack que te ayudarán a mejorar la concentración y el rendimiento.

Siempre es bueno distraerse, por tanto intenta realizar actividades fuera del horario de oficina, haz deporte, júntate con amigos o busca panoramas que te saquen de la rutina y del exceso de trabajo. Estas medidas ciertamente pueden ayudar a combatir síntomas de estrés y ciertamente, a evitar que éste derive en una enfermedad mayor.

Si bien cada ser humano es responsable de custodiar su seguridad y salud laboral, también es importante que las empresas y los jefes contribuyan a disminuir los niveles de estrés en el trabajo, una de estas medidas podría ser coordinar actividades recreativas que fomenten la relajación y el buen clima laboral, en segundo lugar impulsar a que los trabajadores busquen breves espacios para hacer una pausa, respirar y distraerse un poco, sin duda estas actividades pueden mejorar la productividad y la calidad de vida de los empleados, no debemos olvidar que una persona feliz trabaja mejor y es más leal a la empresa en la que labora.

CONSECUENCIAS DE AGUANTAR LAS GANAS DE ORINAR


Como mujer, a veces es complicado responder al llamado de la naturaleza cuando sentimos ganas de orinar. Situaciones diversas sobran, entre ellas la falta de sanitarios o baños limpios; además, desde niñas nos instruyen en la gran cantidad de infecciones que podemos adquirir en los inodoros fuera de nuestras casa y por lo tanto, muchas veces nos aguantamos hasta llegar a un lugar limpio que nos brinde confianza.

Esto puede traer graves consecuencias a la salud femenina, especialmente a las vías urinarias. Aguantarse las ganas de ir al baño puede ocasionar principalmente tres problemas:

1. Cuando no permitimos que la orina fluya por la uretra no se 'barren' las bacterias que se encuentran en el tubo y por tanto llegan más rápidamente a la vejiga causando una cistitis, enfermedad cuya principal característica es la inflamación aguda de la vejiga. Si la infección se desarrolla en la uretra se denomina uretritis. En ambos casos el síntoma más común es la necesidad constante de orinar, pero en cada ocasión sólo se elimina una pequeña cantidad del líquido y con gran ardor o sensación quemante.

Es importante mencionar que las bacterias pueden llegar a la uretra de diferentes formas, entre ellas una mala limpieza al momento de evacuar, una infección en la zona genital, al inicio de la vida sexual o una pérdida involuntaria de orina que al entrar en contacto con el aire y la ropa empieza a descomponerse.

2. Si se contiene demasiado la orina en la vejiga, ésta puede regresar hasta los riñones, causando una infección más grave denominada pielonefritis, que va a acompañada de dolor de espalda, fiebre y vómitos.

3. Aunque constantemente se piensa que la orina es un líquido estéril no siempre es así, por lo que al alojarse en la vejiga, si ésta tenía un proceso infeccioso latente, puede acelerar el desarrollo de microorganismos al permanecer ahí por periodos prolongados, ya que es un ambiente idóneo por ser húmedo y caliente.

Las infecciones en la uretra son más comunes en las mujeres que en los hombres, principalmente por cuestiones anatómicas, ya que la uretra es más corta en nosotras y su abertura está más cerca tanto de la vagina como del ano.

A fin de evitar infecciones recurrentes en el tracto urinario, la especialista recomienda los siguientes buenos hábitos:

• Tanto al orinar como al evacuar, la limpieza siempre debe ser de adelante hacia atrás con papel higiénico (libre de fragancias y colorantes) para evitar el paso de bacterias del ano hacia la uretra.
• Ir al baño con frecuencia, en cuanto se sientan ganas, para evitar la acumulación de orina.
• Evitar los baños de burbujas ya que las sales pueden irritar la uretra.
• Al ducharse, evitar los jabones en barra, ya que no cuentan con el pH ideal para la zona íntima. En cambio, los shampoos a base de ácido láctico y lactoserum como Lactacyd, hidratan y mantienen el equilibrio natural de la piel, evitando infecciones, no sólo en la vulva, sino en la entrada de la uretra.
• Usar ropa interior de algodón.
• Al realizar actividades acuáticas o durante las vacaciones, evitar quedarse con el traje de baño mojado por periodos prolongados.
• Cambiar de manera regular (cada 2 a 3 horas) las toallas femeninas y tampones.
• Evitar las duchas vaginales y fragancias en spray ya que irritan la uretra.
• Ir al baño antes y después de tener relaciones sexuales.
• Y finalmente, una de las más importantes, beber dos litros de agua al día, ya que esto mantiene la vejiga activa y libre de bacterias. En caso de infección, ayuda a aliviarla con mayor rapidez.

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