QUE SE LLAMA SOLEDAD

Es el nombre de una canción que me encanta de Joaquín Sabina.

Esta vez me sumaré al cliché de que "nadie puede estar bien con los demás si no está bien consigo mismo". Suscribo la afamada frase de la psicología pop en un día soleado, mientras escribo esto que ustedes leen porque en los últimos días me he dado cuenta de lo malos que somos para darnos a nosotros mismos lo que necesitamos y también de lo pendientes que estamos de hacer felices a los demás sin pensar si nosotros nos sentimos realmente felices. Dicen que este es un mal más femenino que masculino. Que los hombres tienden al egoísmo y las mujeres a la generosidad. Cuidado con los clichés de género me digo, porque la verdad es que a lo largo del tiempo he conocido hombres generosos y mujeres egoístas y viceversa. He visto amigos deshacerse en detalles y atenciones para conquistar y cuidar a su chava mientras ella apenas los mira y también he visto mujeres que creen que dar sin pedir nada a cambio es la única forma legítima de amor verdadero.

La soledad aterra y seduce. Aterra porque genera silencios en los que nos enfrentamos a nosotros mismos con todas nuestras habilidades y defectos. Aterra porque nos permite hacer un balance y darnos cuenta de qué tan distanciados o cercanos estamos de nuestras emociones y necesidades. También nos permite hacer un rápido diagnóstico de depresión. Si me es insoportable la soledad o en cuanto me quedo sin nadie y sin agenda sólo acierto a quedarme metido en casa o peor, en la cama, es probable que esté deprimido.

Y seduce, porque puede ser la oportunidad de hacer todas esas cosas que hemos venido posponiendo por falta de tiempo, por ajustarnos a la agenda de alguien más o por pensar que es una pérdida de tiempo dedicarnos a nuestras cosas. También seduce porque abre ese espacio simbólico donde una puede pensar, reflexionar y sopesar los elementos vertiginosos que conforman la vida y que poco nos detenemos a sentir y entender.

Otro cliché que hoy no me suena tan mal: "recuperar tu centro". Cuando oía esta frase me sonaba muy hippie, poco práctica, demasiado metafórica. Después, leyendo y pensando al respecto, entendí que es bastante precisa. Tiene que ver con recuperar el balance. En la yoga por ejemplo, es imposible tener equilibrio en ciertas posturas si no estás centrado. Si estás medio cargado a la izquierda o a la derecha corporal o mentalmente, tiendes a irte de lado o de plano a caerte. Así nos pasa también en la vida. Si estamos muy cargados hacia un solo aspecto de nuestra vida, le quitamos balance al resto y tendemos a caer. Pura chamba genera stress inimaginable, puro dedicarte a cuidar de una relación de pareja genera dependencias dolorosas, puro ser la mejor madre del mundo te pone a vivir la vida a través de tus hijos distanciándote de tus proyectos individuales.

Recuperar el centro además de balancear actividades en el sentido más practico del término, tiene que ver sobre todo con recuperar la paz interna y la posibilidad de responder a lo que nos pasa y no sólo a reaccionar impulsivamente. Responder adecuadamente requiere tranquilidad, reflexión, replantearse si uno va caminando por el camino que eligió o va caminando el camino que lo eligió a uno.

Hoy domingo de sol agradezco la posibilidad de estar sola, en silencio, sin radio, ni tele, ni teléfono, ni pareja, ni hijos, ni prisa, ni preocupaciones. Simplemente viviendo el momento presente, sintiendo el viento que entra por la ventana, mirando mis pensamientos pasar sin juzgarlos ni aferrándome a ellos. Hoy entendí, gracias a la soledad circunstancial, que estar vivo de verdad es un regalo, que tener salud física también lo es. Que la salud emocional va y viene pero que hay que intentar cuidarla, cuidándonos a nosotros mismos, tratándonos bien, comprendiéndonos, validando nuestros esfuerzos, reconociendo lo que nos duele, celebrando lo que nos sale bien. Regalándonos momentos para nosotros, momentos para aceptar, para agradecer, para dejar ir lo que lastima, para volver a empezar algo que se abandonó. Para llenarlos de libros y música o para dejarlos vacíos sin miedo a la nada. Todo eso se me reveló este día. Se los comparto con el deseo de que la próxima vez que estén solos no se sientan miserables ni desdichados ni en sentimentalismo dominical, sino dueños de su vida, agradecidos simplemente de poder respirar.

Seguidores

PAGINAS AMIGAS

http://www.madamealbert.com.mx/woman-c2lh http://elespaciodemartha.blogspot.mx/ http://xochitlndc.blogspot.mx/ http://cronicadeunaamantedeloslibros.blogspot.mx/ http://creadasaimagendedios.blogspot.mx/