MANCHAS EN LA PIEL


La mayoría de las personas deseamos tener un cutis terso y lozano. Sin embargo, la exposición prolongada al sol durante el verano y la práctica de deportes al aire libre propician la aparición de manchas en la cara. En la actualidad, existen diversos tratamientos que permiten atenuar esas zonas disparejas.

¿Cuáles son las causas de las manchas en la cara?
Al hablar de manchas en la piel, estamos aludiendo a un amplio universo de afecciones que poseen distintas causas: excesiva exposición al sol, el embarazo, trastornos hormonales, la ingesta de anticonceptivos, edad avanzada, entre otras.

Algunas manchas se resuelven fácilmente mientras que otras requieren tratamientos más complejos. Pero todas resultan preocupantes para los pacientes que consultan en busca de una mejora estética.

La aparición de manchas en la cara ocurre por una producción irregular de la melanina, el pigmento natural de la piel responsable de proteger al organismo de la acción de los rayos solares, que genera que ésta se concentre en determinadas partes de la dermis.

La melanina es una sustancia que se forma en los melanocitos, células que se encuentran en la base de la epidermis. La herencia genética es la que determina la cantidad de melanina que tiene una persona. Cuanta más tenga, mayor será la protección natural frente a los rayos ultravioleta.

Clases de manchas


Lentigos o manchas de la edad: son las manchas en la cara más comunes y son provocadas por una abusiva exposición al sol. Son parejas, tienen una coloración amarronada y bordes nítidos; no pican, no duelen ni descaman.


Melasmas: son extensas, simétricas, de bordes difusos y de color marrón, que aparecen en las mujeres que toman sol sin protección en los periodos de cambios hormonales (menopausia, embarazo, etc.).


Pecas: son manchas pequeñas y oscuras cuyo origen suele ser hereditario.


Tratamientos que se recomiendan


En la actualidad la medicina estética cuenta con técnicas de vanguardia que permiten eliminar las hiperpigmentaciones (manchas en la cara):

Microdermoabrasión con punta de diamante: es una terapia de exfoliación controlada y progresiva de la capa córnea de la piel. Retira las células muertas de la superficie, promoviendo la recuperación y otorgando el desarrollo de una piel más saludable y joven. Se realiza mediante puntas recubiertas con partículas de diamantes de diferentes graduaciones, acompañado de un sistema de vacío. El procedimiento consta en deslizar suavemente las puntas, y el sistema de succión aspira las partículas que se desprenden. Es un tratamiento facial, o bien, corporal, ya sea en cuello, espalda, etc.
Es totalmente indoloro, su resultado se aprecia desde la primera sesión y cada una tiene una duración aproximada de 20 minutos. Se aconsejan entre 5 a 10 sesiones según el caso.
Este tratamiento es ideal para tratar también el fotoenvejecimiento, cicatrices, secuelas de acné, poros abiertos y líneas de expresión.


Peeling: es una forma de exfoliación de la piel, mediante sustancias químicas, provocando así, que la piel se regenere naturalmente, logrando un efecto rejuvenecedor de la misma. Se recomienda también para mejorar arrugas, marcas y cicatrices de acné. El procedimiento es muy sencillo y lleva pocos minutos. Se requieren aproximadamente de 4 a 8 sesiones, según sea el caso. Dependiendo de la piel a tratar y de la época del año en que se realice, se utilizan distintos tipos de ácidos.


Los peelings despigmentantes se utilizan específicamente para eliminar manchas del sol o las manchas en la cara que aparecen con el paso del tiempo. Hay distintos tipos: los que bloquean la melanina (peeling médicos de última generación) y los tradicionales para tratar manchas específicas de la piel. Es recomendable aplicarlos en época de invierno.


Luz pulsada intensa (IPL): es un tratamiento muy eficaz para atenuar o eliminar las manchas en la cara (del sol o por la edad) y también para mejorar la apariencia de la piel enrojecida y con problemas de rosácea. Atenúa arrugas finas, reduce el tamaño de los poros, y ayuda a controlar el acné. Es un tratamiento indoloro. Se recomienda una sesión cada 3 ó 4 semanas, con un total de entre 5 a 10 sesiones. Los pacientes tienen un alto nivel de satisfacción con los resultados, ya que se logra una gran mejoría.


Conclusión
Definitivamente, la protección solar desde los primeros años de vida es imprescindible. Si bien el sol es fundamental para la existencia y tiene efectos beneficiosos sobre el organismo, si se lo toma en exceso y sin protección, se convierte en el gran enemigo de la piel. Las manchas en la cara son la evidencia.

Es importante recurrir a un especialista, quien evaluará las manchas tras los estudios médicos correspondientes y podrá establecer un diagnóstico exacto así como el tratamiento indicado.

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