4 TIPOS DE RELACIONES TOXICAS CON TU MADRE

Más allá de la figura venerada, la relación de un adulto con su madre puede complicarse, torcerse o intoxicarse por muchas razones.
4 tipos de relación tóxica con tu madre


1. Competidores
• Viven en una mutua lucha de poderes.
• Busca cada uno la aprobación del otro, pero nunca la obtienen.
• Prefieren tener la razón que ser felices.
• Ambos se sienten incomprendidos y frustrados
• No reconocen que están siendo competitivos y suelen culpar al otro por el conflicto tachándolo de necio.

2. Atrapados en el pasado

• Mantienen la misma dinámica que cuando el hijo era niño.
a. Madre sobreprotectora
b. Hijo obediente y que evita la confrontación o contrariarla.
• Las parejas de estos hijos se quejan de que la suegra es metiche, controladora y que no respeta los límites.
a. Se resienten con su propia pareja por no hacer que su madre respete la intimidad de su relación.
b. Es una relación de tres (madre/hijo/pareja)

3. Codependientes

• Mantienen un cordón umbilical virtual que se conecta en ambos sentidos.
• Hijo y madre mantienen una estrecha comunicación con llamadas telefónicas diarias, visitas a veces a espaldas de la pareja, mensajes de texto o mails si es posible.
• La madre suele buscar al hijo para pedirle favores o para hacerle de comer o lavarle la ropa.
• El hijo busca a la madre para pedirle consejo, apoyarla en lo más mínimo o simplemente para hacerla feliz.
• Parece una relación cercana, amorosa y sana, pero en el fondo está llena de resentimientos secretos y miedos.

4. Actores

• No hay conexión emocional o es muy pobre.
• Madre y/o hijo se sienten obligados a buscarse por el parentesco, pero no comparten detalles íntimos de su vida personal.
• Si no fuera porque son parientes, nunca se buscarían ni se frecuentarían.
• Te haces cargo de ciertas cosas porque te sientes obligado, no porque realmente lo sientas.

La madre narcisista

• Una madre con rasgos de personalidad narcisista es incapaz de demostrar amor y empatía por sus hijos.
• No acepta su narcisismo y culpa al hijo del maltrato que recibe por su “mal comportamiento”.
• Emite juicios y críticas constantes.
• No otorga reconocimiento pleno o lo condiciona a la obediencia.
• Proyecta sus emociones en el hijo
a. “¿Por qué estás enojado conmigo?”

¿Cómo impacta a su pareja?

• El esposo de una madre narcisista la venera y adora por sobre todas las cosas.
• La apoya a ella antes que a sus hijos. No los ayuda ni los protege de su propia madre.
• Siente que no puede hacer nada y se mantiene así por conservar la relación o la fiesta en paz.

¿Cómo impacta a sus hijos?

• El de alto desempeño
a. Aparenta ser perfecto en todo lo que hace.
b. Aprendió que valía por lo que hacía, no por quien era.
c. Busca continuamente probarse que no es un fracaso, aunque generalmente se sentirá insatisfecho o insuficiente.
d. Quizá un abuelo o alguien en la familia creyó en él y le ofreció su apoyo incondicional.

• El fracasado

a. Básicamente fracasa en todo lo que se propone.
b. Se auto sabotea
c. Suele acabar sin empleo, no terminar la escuela y refugiarse en drogas o alcohol.
d. También siente que es un fracaso, pero no hace nada por probarse lo contrario.
e. Generalmente nadie lo apoyó en la infancia.

Sabes que tienes una madre narcisista si…

1. Te cuestionas constantemente si tu madre te quiere o no.
2. Sólo te apoya cuando sabe que otros se van a enterar.
3. Cuando algo te pasa (accidente, enfermedad, divorcio) tu madre te habla de lo mal que se siente y cómo eso le afecta en vez de enfocarse en cómo te sientes tú.
4. Siempre está muy preocupada por el “qué dirán”.
5. Suele culparte de lo mal que está la relación entre Ustedes o porque nunca le hablas o nunca la vas a ver.
6. Es muy sensible, todo la lastima y si le haces algo tarda mucho tiempo en perdonarte.
7. Suele avergonzarte frente a los demás.
8. Quiere controlar tu vida o tus decisiones
9. Siempre quiere tener la razón.
10. Vive hecha la víctima o la mártir.

¿Cómo es una relación sana?

La relación de un adulto con su madre debe ser una de mutuo respeto por la individualidad y partir de la aceptación.

Recuerda

• Un hijo es un hijo, no la propiedad o el esclavo de ninguna madre.
• Una madre es una mujer que te dio a luz y nada más; no es la fuente inherente de toda la felicidad, un ser infalible o alguien con poderes sobrenaturales.
• No naciste para darle gusto tu madre, especialmente si a tu madre nadie puede darle gusto.
• Como adulto, tú siempre podrás comunicarle a tu madre tus decisiones, pero no siempre podrás hacer que esté de acuerdo contigo o que no se enoje y eso no te convierte en un mal hijo.
• Una madre responsable debe proveerse en su años productivos de los medios necesarios para sobrevivir en su vejez y no esperar que los hijos se hagan cargo de ella.
• La relación con tu madre necesita límites, especialmente si ya eres un adulto.


Ante las conductas hostiles de tu madre, vale más la pena pensar en una profunda incompetencia que en una incipiente maldad

LAS FACTURAS DE LA MATERINIDAD

A veces es muy duro convertirse en madre.
Sí: vale la pena.
Sí: es la experiencia más poderosa que puede llegar a vivir una
mujer.
Sí: nada te marca tanto como el momento en que sostienes por fin en
brazos al hijo que acaba de salir de ti, deliciosamente sucio, húmedo, caliente, y te mira a los ojos como diciendo: te conozco.
Pero es duro…
Y no sólo se trata de la falta de sueño, de las secuelas del parto, de los cuidados que demanda un recién nacido (¡tan pequeñito y tan exigente!), ni siquiera del cóctel de hormonas que te deja turuleta hasta varias semanas
después. Tampoco la falta de experiencia y la incertidumbre acerca de si lo estás haciendo bien o no, ni las propias dudas y comentarios de familiares
bienintencionados pero que no hacen sino disparar tu propia inseguridad, tu miedo.

Es bastante más que eso. Es la ruptura total y repentina con tu propia identidad, con aquello que hasta el momento de parir te había definido: tus proyectos, tus ambiciones, tu trabajo, tus amigos, tu cuerpo, y todo aquello que llamabas tuyo. Tu tiempo. Tu vida.
Es mirarte al espejo mientras tu criaturita está prendada a tu pecho, y no reconocerte.¿En qué momento te convertiste en esta mujer ojerosa que no tiene un minuto ni para darse una ducha? ¿Quién es ella? ¿Quién eres ahora?
Sigues siendo tú,  sólo que una versión más grande de ti misma. Pero al principio no lo sabes. Al principio no te encuentras. No hay nada que logre vincular esta nueva vida tuya de cambios de pañal, tetadas a deshoras y canciones de cuna, con aquella otra vida que parece tan remota, aquella en la que ibas y venías a tu antojo, disponías de tu tiempo y te pertenecías.
Porque, claro, todo tu ser es ahora para otro. Y ese otro se está alimentando de ti, no sólo de tu leche, sino también de tus caricias, de tus canciones, de tus palabras, de tu calor. Y el tiempo pasa, desde luego que pasa. Llegará el momento en el que, sin darte cuenta casi, las tomas se acorten y las horas de sueño nocturno se alarguen. Tu bebé aprenderá a sostener la cabeza, luego a darse la vuelta, luego a gatear. El día menos
pensado te regalará una sonrisa y pensarás que todo el esfuerzo ha sido poco. Un día te dirá mamá. Lo verás correr en el parque, subirse solo al tobogán, jugar con otros niños, garabatear las primeras letras que te mostrará orgulloso.

Y por nada del mundo querrás cambiarte por esa otra que eras, y que tan poco sabía acerca del amor…
• “Vivir en la cultura de la buena y sacrificada, lleva a las mujeres a una mutilación de sí mismas que cobra altas facturas a los hijos”
• “Un hijo nunca está en deuda con sus padres porque elegir ser padre es educar, amar y dar sin deuda”

LA BUENA MAMÁ
• “Me importa mucho mi reputación”
• Es amorosa y sabia por instinto
• Renuncia a si misma por sus hijos
• Está siempre para ti
• Lo puede todo
• Sabe mejor que nadie lo que te pasa
• Una mujer por ser mujer tiene instinto materno
• Cubre todas las necesidades de sus hijos

¿Cómo lidiar con tantas expectativas?
Las consecuencias de querer ser buena a toda costa:
• No dices lo que sientes ni expresas lo que necesitas
• Dejas de mirar lo que necesitas para solo ver lo que necesitan los demás
• Quieres complacer a todos
• Te desconectas de ti misma
• Guardas resentimientos
• Te pones en guerra contigo misma

“Siempre que hay un sacrificio hay una alta expectativa de pago”
“Una mamá que dejó de mirarse duele y enoja”

TÍPICAS FACTURAS DE MAMÁ
• Tienes que cumplir mis expectativas
• Tienes que hacerte cargo de mí y venir todos los fines de semana
• Tienes que tener una pareja que pase primero el casting conmigo
• Tienes que sacrificarte hoy tú por mí
• Agradecer los múltiples dolores vividos por ti

¿CÓMO DEJAR DE PAGAR ESAS FACTURAS?
1. Agradeciendo más que sintiéndote en deuda
2. Poniendo límites y no enganchándote
3. Entendiendo que no va a cambiar
4. NO comprando culpa y no jugando el mismo juego del sacrificio
5. Disfruta su presencia, dale tu afecto y construye espacios donde disfruten un buen momento

¿CÓMO SER UNA MAMA CON VIDA PROPIA?
1. Entendiendo que tus hijos son prestados y nunca un pretexto para abandonar tu vida
2. No utilizando a tus hijos como escudo de vida
3. Integrando los pagos de crecimiento que implica ser mamá para que estés al día
4. Amarte y escuchar tus necesidades siempre
5. No renunciar a tus sueños y compartirlos con tu rol de ser mamá

“Una mamá que se ama a sí misma y sabe amar sin deuda nunca es abandonada”

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