Con el acceso que tenemos hoy en día a la información es muy sencillo probar miles de tips para mejorar la piel de nuestro rostro. Nosotras mismas investigamos y probamos de todo y muy seguido, pero lo hacemos para que ustedes no tengan que pasar por lo mismo. Algunos tips funcionan sólo para ciertos tipos de piel o tienen contraindicaciones que muchas veces las personas que nos dedicamos a probar las recetas de otros no notamos en un principio. Por eso es muy importante que sigas estos tips para no hacerle daño a tu cara.

1. La prueba de alergia

Siempre que vayas a probar algo nuevo, sin importar qué tan pocos ingredientes tenga, haz una prueba de alergia tomando un poco de producto y aplicándolo a un área pequeña que no se note. Esto porque lo que para algunas funciona a otras irrita, así que ten cuidado.

2. Probar más de uno a la vez

Cuando quieras incorporar un producto nuevo a tu rutina de belleza no vayas a la tienda y compres cuatro cremas diferentes, porque no sabrás qué te funciona y qué te hace daño. Para algunas personas cualquier nuevo producto provoca una reacción (como un exceso de granitos) que con el tiempo y el uso desaparece, así que dale al menos una semana a cada cosa nueva que intentes (y prueba una a la vez).

3. Sin aceite para el aceite

Si tienes la piel grasa podrías pensar que lo mejor para ti son las exfoliaciones y los productos astringentes, pero puede ser que tu cuerpo al sentirse reseco produzca aún más cebo del que estaba formando antes. Busca productos suaves (sin ácido salicílico) con aceites minerales e intenta una vez, puede ser la solución a tu problema. Este método no es para todos los tipos de piel grasa así que pruébalo y si no te resulta visita a un dermatólogo.

4. Exfoliar de más

Otro problema común de las mujeres con piel grasa. La exfoliación es buena en moderación, no talles tu piel muy fuerte o demasiado seguido. Si te funciona exfoliar tu rostro para darle brillo a tu piel hazlo a lo mucho una vez por semana, de lo contrario puedes hacer más daño del que crees.

5. No lavar las brochas

Tus brochas de maquillaje son un parque para las bacterias si no las limpias de forma regular. Puedes comprar jabón especial para lavarlas o usar un shampoo muy gentil (para bebés, por ejemplo) para tallarlas suavemente una vez por semana y retirar así todo el producto acumulado.

Las parejas son para disfrutarse, no para sufrir. Con esta máxima se describen en este libro multitud de casos y ejemplos. 

Desde el reparto de tareas o la decisión de tener o no tener hijos hasta cómo llevar de la mejor manera la convivencia cuando la pasión inicial desaparece y surge el problema de los celos…

Patricia, como en ocasiones anteriores, combina la teoría con los casos reales.