CAMBIOS EN NUESTRO CUERPO

La vida pasa, el tiempo vuelo y nuestro cuerpo, obviamente, ya no es el mismo que hace veinte años. Ni más bonito, ni más feo. Diferente. Con la madurez de las experiencias vividas y cambios inevitables; aunque tus opciones en la manera de llevarlo pueden frenar o acelerar el proceso.

La composición de nuestro cuerpo humano está hecho a base de grasa, tejido magro, huesos y agua. Pero, a partir de la treintena, la cantidad de grasa corporal aumenta de manera constante y puede elevarse hasta un 30 %. Este tejido adiposo se suele concentrar alrededor de los órganos internos y, sin embargo, la capa de grasa por debajo de la piel se vuelve más pequeña.

¿Te sientes más chaparrita, verdad? Es que todos tendemos a bajar de estatura, independientemente de la raza o el color de nuestra piel. La edad no hace distinciones. Esto está muy relacionado a los cambios que se producen en los huesos, los músculos y las articulaciones. La media es perder alrededor de 1 centímetro cada década tras rebasar la barrera de los 40 y se acentúa después de los 70 años. Incluso, puedes perder un total de 1 a 3 pulgadas de estatura a medida que envejeces. Pero, tranquilas, puedes prevenirlo consumiendo una dieta saludable, manteniéndote físicamente activa, al igual que previniendo y tratando la pérdida ósea (osteoporosis).

¿Verdad que, a veces, sientes que no tienes la misma agilidad de movimiento que antes? Bueno, es completamente normal porque tenemos menos músculo en las piernas y en las articulaciones rígidas. Esto afecta al equilibrio y hace que las caídas sean más probables y frecuentes.

¡Me veo más gordita! También es la típica expresión que decimos cuando nos miramos frente al espejo. Y es que con estos cambios de peso, solemos ganar kilos hasta los 65 años y luego comenzamos a bajar.

Tus elecciones en el estilo de vida afectan, de una manera directa, a lo que es el proceso de madurez de tu cuerpo:

1) Hacer ejercicio con regularidad

2) Consumir una dieta saludable que incluya frutas y verduras, granos enteros y cantidades óptimas de grasas sanas. Come bien. Es fácil e, incluso, tendrás oportunidad de demostrar tus artes culinarias en la cocina.

3) Reducir el consumo de alcohol. Bájale un poco a las copas del fin de semana. Ya sabemos que te encanta el buen vino, un vodka cuando la ocasión lo amerite y, de vez en cuando, un buen tequila. Sin embargo, sé consciente de cómo afecta todo ello a tu cuerpo.

4) Evitar los productos tóxicos para tu organismo como tabaco y drogas. Es sencillo, cuídate y no ingieras productos que dañen tu salud.

Como puedes comprobar, todas estamos viviendo esa "transformación" de nuestro cuerpo. No hay que asustarse porque, simplemente, es el paso natural de los años que todas vamos a vivir. La clave está en saber encajarlo y llevar un estilo de vida saludable para que sea todo de una manera paulatina y no tan drástica. Aquí estamos para ayudarte, escucharte y hacerte comprender que eres bella y, para ti amiga, la vida apenas comienza.

NO TODO PUEDE ESTAR EN OFERTA....

Existe la ropa de temporada, esa que está de última moda y cuyo precio es alto ¿La quieres? Paga lo que cuesta. También existen las ofertas de fin de temporada y también hay las súper ofertas. Estas últimas resultan muy atractivas para algunos compradores que gustan de "sacar ventaja" y muy dudosas para otros clientes que asumen que si algo está tan barato, seguro es porque está roto, rebuscado o defectuoso.


Claro que lo que compramos de súper oferta no será valorado como aquello que nos costó un alto precio. Si pagamos la tercera parte de su precio normal, le damos el 30% de su valor y ese suéter tan fino pero tan barato puede ser que pronto se convierta en pijama, en ropa de faena o en trapos para la cocina. Normalmente relacionamos el precio con el valor, aunque en los hechos objetivos pueda no ser así ¿Fue caro? Lo cuido más y viceversa.

Te propongo que con nosotras las mujeres ocurre algo parecido. Existen las chicas que no dudan de su valor (existen las que se pasan y se sobrevaloran, pero de ellas hablaré otro día). Y hay las que se ponen de súper oferta.


Me refiero a las mujeres que no dudan en hacer cosas como: trabajar tiempo extra sin cobrarlo; tener un trabajo de oficina y además cargar con todas las tareas del hogar sin pedir ayuda; prestar dinero o cosas a sabiendas de que no lo verán de regreso; aceptar patanerías o descortesías de sus pretendientes o parejas sin reclamar… de eso hablo cuando me refiero a que algunas veces nos ponemos de súper oferta.

Y la reacción del entorno es la misma que en las tiendas. La gente puede sentir dos cosas: que si lo ponemos tan fácil, es porque algún gran defecto horrible estamos escondiendo y como estamos "falladas" no valemos. O bien, que se puede abusar de nosotras (económica, física, emocional o sicológicamente) porque ya estamos acostumbradas y hasta nos gusta.


Actuar como mercancía rebajada lo único que al final deprecia a su mínima expresión es nuestra auto estima y nuestro sentido de valía. Por ello, si te cachas poniendo muy fácil y barato tu trabajo, tu esfuerzo, tu amor o cualquiera de tus recursos, haz lo que dice la autora norteamericana y especialista en mujeres y dinero, Suze Orman: salte inmediatamente del anaquel de las ofertas y colócate en el de tu valor real. Poner límites, ser asertiva, dejar de temer al enojo de los demás si no hacemos lo que piden, constituyen buenos puntos de partida.

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