Qué diría si supiera que al recubrir su cuerpo con chocolate puede aprovechar los innumerables beneficios que éste produce en la piel. La terapia del chocolate ha llegado a nuestro país como un efectivo tratamiento para mejorar la salud. Conozca de qué se trata y anímese a disfrutarlo.

Nadie duda de las cualidades gastronómicas del chocolate. Sin embargo, ese no es su único uso, ya que actualmente el cacao se está utilizando con excelentes resultados dentro del mundo de la estética y del cuidado personal. Es lo que hoy se denomina como chocolaterapia, que es un delicioso tratamiento a base de relajantes masajes corporales y faciales con el cacao como protagonista.

Esta aplicación se está transformando en una poderosa arma para luchar contra el estrés, la ansiedad o el mal humor, entre otras cosas. Es así como la chocolaterapia ha comenzado a revolucionar los centros de belleza y estética de todo el mundo, donde se recurre a mascarillas faciales y corporales de chocolate como un increíble método anticelulítico y antiestrés, rejuvenecedor, adelgazante y reafirmante.

Las propiedades de las semillas del cacao son en gran medida las responsables de que el chocolate sea una fuente de activos de un gran valor con una vasta gama de aplicaciones cosméticas. Tienen una composición bioquímica muy rica: contienen más de 800 moléculas con propiedades hidratantes, tonificantes, regeneradoras y revitalizantes.

En términos de belleza, el chocolate aplicado en la piel es un excelente aliado, pues sus semillas son ricas en xantina y teobromina, las cuales son ideales para oxigenar los tejidos y así evitar los signos de envejecimiento.

Pero el poder del chocolate va más allá de sus propiedades relajantes, desintoxicantes y reafirmantes. Al potenciar la producción de endorfinas en nuestro organismo nos ayuda a levantar el ánimo y a estar de buen humor.

Otra característica importante del cacao es que presenta un alto contenido de antioxidantes que ayudan en la regeneración celular y además, recientemente se ha señalado que contiene gran cantidad de flavonoides, compuestos químicos que disminuirían el proceso de coagulación de la sangre, una de las principales causas de ataques cardíacos y derrames.

El tratamiento, aunque tiene variantes, consiste básicamente en envolver el cuerpo con una ligera capa de chocolate caliente y dejarlo que actúe sobre la piel durante veinte minutos. Después, si se quiere hidratar la piel se puede aplicar un masaje con manteca de cacao.

Existen otras opciones como la exfoliación con olor a chocolate, el masaje de crema batida de chocolate o la inmersión total en una envoltura, también de chocolate.

Los tratamientos faciales están más orientados a reducir el estrés, rejuvenecer y reafirmar la piel. En el cuerpo tiene un efecto adelgazante y ayuda a reducir la celulitis.

La única contraindicación es que no se puede aplicar en una piel asoleada o con heridas.

¿Para qué sirve?

Es importante destacar que el tratamiento corporal y facial con chocolate es indicado para todo tipo de piel ya que:

- Humecta las pieles secas y dañadas.

- Tonifica las pieles estresadas y sin vida.

- Repone la energía térmica después de una exposición al sol.

- Remineraliza el metabolismo enzimático por los oligoelementos que presenta el chocolate.

- Actúa sobre el sistema nervioso como antidepresivo y antiansiedad gracias a los polifenoles y a la teobromina.

- Estimula la euforia gracias a la felimetilanina.

- Remineraliza la epidermis gracias al calcio, al potasio y al magnesio.

El tipo de chocolate que se usa debe ser cien por ciento cacao, el cual es bastante amargo; mientras que el comestible contiene cierta cantidad de leche y manteca para hacerlo más agradable al paladar.

Origen del cacao

La historia de este árbol es antiquísima y se remonta a antiguos pueblos indígenas como los mayas y aztecas. Al igual que otros productos de América, el cacao saltó a la fama con la llegada de los españoles, quienes llegaron a México, a principios del siglo XVI, bajo el mando de Hernán Cortés. Los europeos buscaban riquezas y poder, de ahí su gran interés en el oro, la plata y las piedras preciosas. Pero esos no fueron los únicos tesoros que encontraron en América, ya que la exquisita y variada vegetación fue considerada un beneficio adicional de la Conquista.

Fue así como descubrieron estos menudos granos de color café que los indígenas usaban para preparar una bebida amarga que llamaban ‘xocoatl’ o ‘chocolatl’, origen de las palabras cacao o cocoa, y la materia prima del chocolate que hoy consumimos. En la época de los aztecas, el cacao era consumido sólo por los guerreros y las personas de la elite, y tenía un uso sagrado y ceremonial. El cacao daba energía y vitalidad.

Para llegar a la bebida, tostaban y molían las semillas. A la masa pastosa resultante se le añadía agua, se calentaba la mezcla y se retiraba la manteca de cacao, que posteriormente se batía y se mezclaba con harina de maíz para espesarla. Diversas especias añadidas como la pimienta le daban un curioso y fuerte sabor.

Para los aztecas, el cacao era un regalo de los dioses, recibido a través de Quetzalcoatl, quien según la mitología indígena, al ser expulsado del paraíso, prometió a su pueblo que regresaría. Los aztecas al ver a Hernán Cortés pensaron que era la reencarnación de Quetzalcoatl y el emperador de la época, Moctezuma, lo recibió como una divinidad y le ofreció en un vaso de oro el “alimento de los dioses”.

A pesar que ya Cristóbal Colón conocía el cacao, pues los indígenas le habían regalado algunas semillas a su llegada, fue Hernán Cortés quien se dio cuenta muy pronto del valor nutritivo y tonificante de la bebida ancestral, que permitía a los soldados españoles estar todo el día trabajando sin ningún otro alimento. Por ello, Cortés, incentivó su cultivo y consumo.

El cacao se difundió rápidamente. De hecho, la aristocracia española quedó tan fascinada con estos granos que no reveló su existencia a los extranjeros durante casi cien años. El secreto no se pudo mantener por más tiempo y las noticias sobre la bebida, sazonada con canela, vainilla, azúcar o miel, se extendieron a otras zonas europeas.

El desarrollo del cacao para el consumo a nivel mundial se inició alrededor de 1880, cuando los ingleses establecieron plantaciones en la actual Ghana. Hoy, los países africanos son la mayor zona productora de cacao del mundo, también en América Central, Brasil y en las Antillas existe un cultivo destinado a la comercialización, así como en algunas zonas de Asia, Malasia, Indonesia y Filipinas, Venezuela y Ecuador.

Con tanta fama, el árbol del cacao fue bautizado por el botánico sueco Linneo, quien lo llamó Theobroma cacao L., que en griego significa el “alimento de los dioses”.

Beneficios para la salud

Las semillas de cacao contienen entre un 40 a un 50 por ciento de lípidos, de un 12 a un 14 por ciento de proteínas, teobromina (uno por ciento), sales minerales y pequeñas cantidades de vitaminas A, E, B1, B6 y ácido fólico.

La teobromina del cacao es un alcaloide cuya fórmula química y sus efectos son similares a la cafeína. Se diferencia, en que la teobromina es más diurética y menos excitante que la cafeína. El efecto diurético de la teobromina se acompaña de una acción antiinflamatoria sobre el riñón, por lo que se recomienda en casos de nefrosis y nefritis.

El cacao hace segregar endorfinas, que son sustancias que libera el sistema nervioso central y que elevan el umbral del dolor. Se supone que la liberación de estos neurotransmisores tiene efectos gratificantes y , por lo tanto, la gente se siente de mejor ánimo al comer chocolate. Además, existe cierta evidencia que indica que al comer chocolate, el cerebro elabora algunas sustancias químicas que aparecen cuando la persona está enamorada, lo que también le ha dado fama de afrodisíaco.

El cacao es tonificante y ligeramente estimulante, aunque en grandes dosis o en personas sensibles, puede producir insomnio y taquicardia.

Como preparación medicinal se usa la decocción de semillas de cacao, que es más recomendable que el chocolote, pues no contiene azúcar ni grasa. Por desgracia, las semillas de cacao tal cual sólo se encuentran disponibles en los países tropicales donde se cultiva el árbol.

La manteca de cacao, que se extrae por presión de las semillas tostadas, es un poderoso emoliente y cicatrizante, que es muy utilizado en la composición de preparados farmacéuticos y cosméticos.

La finalidad del peeling es eliminar las células muertas de nuestra piel, limpia nuestra piel y la deja respirar.

Si tienen algo de tiempo, una vez a la semana o cada quince días “fabriquense” el peeling y apliquenlo en la ducha.

Esta es la receta (tanto para el cuerpo como para la cara):

Unas cucharadas de miel,

unas cucharaditas de azúcar moreno

y un chorrito de limón.

Se mezcla todo bien e incluso se puede machacar un poco el azúcar para que no nos haga daño al contacto con la piel. La cantidad dependerá de las zonas a tratar.

También le pueden añadir algún aceite esencial como por ejemplo Verbena o Mandarina, según lo que quieran conseguir y sus preferencias en el aroma.

Un consejo: Este peeling es genial para los pies cansados y deteriorados.

Si quieren dar una sorpresa a alguien especial, le encantará: Aplicarle la mezcla con un suave masaje, insistir en las callosidades y zonas más afectadas. Más tarde, limpiar con agua templada y una vez limpios y secos, realizar un suave masaje con algún aceite corporal (si no tienen aceite, se vale con un poco de aceite de oliva y algún aceite esencial).

Verán como se los agradece, es un gran regalo

• Mascarilla natural indicada para cuidar la piel y para quitar las manchas (Se podrá aplicar en rostro, manos, brazos, pies o piernas).

Se deberá mezclar en un recipiente; 1/4 de taza de yogur junto a dos o tres naranjas (o en su defecto, limones).

Una vez mezclado todo removemos durante 10 minutos. Se debe aplicar en toda la zona a tratar. Dejar reposar unos 35 a 45 minutos, en este tiempo nuestro organismo absorberá por completo el remedio.
Por último deberás enjuagarte con abundante agua para eliminar las células muertas.

Se aconseja que lo realices varias noches seguidas e incluso puedes dejarla actuar toda la noche mientras duermes, así tendrá un mejor efecto.

Con la acción desintoxicante de los cítricos del limón y las naranjas, sumándose al calcio y las proteínas del yogur notarás que tus manchas lentamente comienzan a desaparecer como por arte de magia…

Esta receta para Aceite corporal es para piel muy sensible y con algo de dermatitis según la época del año. Además en esta época del año es ideal

Esta calculado para un envase de vidrio, a poder ser opaco, de unos 50 ml

Debemos echar 25 ml de Aceite de Almendras, intentar añadirle también Germen de Trigo y 25 ml de Aceite de Oliva virgen extra.

Después incluiremos las esencias:

• Árbol de té; 3 gotas.
• Romero; 1 gota.
• Manzanilla; 4 gotas.
• Cedro o Sándalo; 1 gota.
• Caléndula o Rosa Mosqueta; 2 ó 3 gotas.

Puedes aumentar o disminuir la concentración de las esencias según los gustos aromáticos que tengas.

Les recomiendo que se lo pongan todos los días sobre todo después de un buen baño o ducha.

Si en algún momento se quedan sin el aceite corporal pueden usar Aceite de Oliva virgen o Aloe Vera.