PERDONO Y OLVIDO...


Para empezar, perdonar y olvidar no son sinónimos, aunque mucha gente parece que así lo cree.
Perdonar es dejar de sentir resentimiento por una falta cometida contra uno, remitir una deuda o falta sufrida, seguir adelante y no llevar la cuenta. Una vez perdonado un acto, no es válido sacarlo a flote o a relucir ante el primer 'alebrestamiento' de las cabras anímicas (léase: enfado). La ofensa se toma como experiencia, pero ya no se exige castigo. El pecado es disculpado.
El olvido es amnesia pura, ni siquiera se trata de un buen sentimiento, es una cinta borrada, es la palabra escrita en la arena o la línea pintada con cal en la superficie del mar. Es tal como si nada hubiera pasado, ¡n-a-d-a! No se requiere un noble corazón para olvidar, basta con tener dañadas las partes cerebrales que registran las experiencias, o de plano ser un personaje indiferente que todo lo olvida.
El que olvida pone la mejilla una y otra y otra y otra vez, porque no aprende. No se graba las cosas, nada registra. Eso no es nobleza. Es como el perro que come lo que vuelve (mira que esta figura retórica de reciclamiento alimenticio está en la Biblia, como símbolo de la necedad).
Las personas con buena memoria llegan a olvidar las faltas insignificantes o las que comete la gente que les importa poco. El olvido se agradece, cuando logramos borrar las malas experiencias, cuando nos anestesia del alma, pero el olvido no es una virtud, en tanto que el perdón puede que sí.
El que perdona no suele olvidar, deja de ser juez condenador, y actúa como si nada hubiera pasado (OJO: ¡actúa!), pero a la siguiente falta de la misma calaña, es muy probable que inicie la guerra o ponga distancia de por medio. Descanse en paz la relación.
A veces después del perdón viene el olvido, pero el segundo no es condicionante para realizar al primero.
Perdonar es sano (evita el estrés y la amargura existencial que nace del rencor). Olvidar es un mero accidente (y en el fondo, cundo a ofensas se refiere, también es sano).
Así que no confundas los términos, perdonar NO es sinónimo de olvidar.

Justo aquí la diferencia entre estas dos cosas: cuando tu amor o tu cariño puede más que lo que te han hecho, cuando tus heridas sanan con el cariño que tienes y que la otra persona honestamente te ofrece de todo corazón. Perdonar es en pocos instantes, olvidar ya se ve mucho más probable si cada minuto, cada día lo dedicas a olvidar el daño que en su momento parecía tan irreparable.

Perdonar debes de hacerlo, toma tu tiempo, y hazlo de corazón pero siempre perdona,es la única forma de emprender el duro camino a olvidar y ese sí es un reto que muchos no alcanzan.

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