ENTRENATE PARA LA VIDA
¿Sabías que te puedes entrenar para ser feliz?
La psicóloga Patricia Ramírez nos enseña cómo manejar situaciones adversas y conseguir el equilibrio emocional.
Aunque creas que tu vida no puede cambiar, con este libro descubrirás que podemos elegir hacia dónde vamos.
Aprenderás que con este entrenamiento se pueden superar miedos, conseguir importantes triunfos, asimilar los fracasos y disfrutar de las pequeñas cosas que hacen que la vida sea realmente agradable.
FIESTA DE INTERCAMBIO DE ROPA
¿Qué es una fashion swap party? Simplemente un trueque de ropa, pero más organizado, lindo, entretenido y lo mejor: gratis.
Mujeres y hombres tenemos la necesidad/capricho de comprar alguna que otra cosa, para lucir una prenda nueva “en sociedad”. Las razones son variadas: placer, enfermedad, amor, necesidad, pero lo cierto es que tenemos que gastarnos parte de nuestra mesada o sueldo en ropa. Para las que estamos en ahorro esa no es una opción, así que lo mejor para quedarnos con pan y pedazo, es organizar una fiesta de intercambio de ropa.
Lo primero que tenemos que hacer es sacar todo lo que ya no usamos de nuestro closet: ropa, accesorios, zapatos, carteras, etc. También podemos cambiar los esmaltes que ya no usamos y otras cosas extravagantes que tengamos. Con toda la ropa lista y clasificada, podemos empezar a organizar el evento.
Una buena opción es crear un grupo en Facebook e invitar al grupo a amigos/familiares más cercanos, y explicar de qué se trata la idea del trueque de ropa. Entre todos pueden escoger un lugar para realizar el evento (no va a durar más de 2 horas, a menos que se motiven y lo usen como pre). Si el departamento es muy chico pueden pedir el salón de eventos, pero el living de la casa debería estar bien, claro que todo depende de cuánta gente vaya.
Con los integrantes y el lugar listos, hay que poner en la mesa las reglas del juego. Cada fiesta tiene sus reglas propias dependiendo de los intereses de sus participantes. Una buena idea es proponer una temática del tipo: intercambio solo de ropa de fiesta, solo de zapatos, ropa de verano o incluso elegir un color como temática, no hay límites para la imaginación.
Tienen que tener en cuenta las tallas y número de calzado para las participantes, así es mucho más fácil encontrar lo que nos guste. De todas formas, si no se coincide en la talla, podemos intercambiar ropa para regala en un cumpleaños, hermana, mamá, etc.
El ambiente lo propone cada uno: música, comida, bebestible (con o sin ° alcohólico), nunca están demás y es una excelente excusa para juntarse con amigas/os a las que no vemos muy seguido. En cuanto al sistema de la fiesta, lo más usado es sacar al azar un número y el que saca el menor, puede partir eligiendo lo que le gustaría llevarse a cambio de una prenda propia. Si hay una prenda que a muchas les gusta y que cambiarían todo el clóset por ella, pueden hacer una subasta y la vendedora elige la oferta que más la tiente.
Las ventajas son muchas y el gasto no se compara. Ayudamos al planeta reciclando la ropa que ya no usamos, no gastamos plata en nuestros caprichos, podemos organizar un evento para donar ropa, pasamos un buen rato con amigos… en fin, el pack completo.
MONOLOGOS DE LA VAGINA
Los monólogos de la vagina es una obra escrita por la feminista estadounidense Eve Ensler que se ha vuelto el epicentro de un movimiento sin ánimo de lucro que lucha en contra de la violencia doméstica. En algunos países se conoce con el título de Los monólogos vaginales.
Los monólogos de la vagina está formada por un número variable de monólogos leídos por un número de mujeres (en un principio, Eve Ensler realizó cada monólogo misma, con actuaciones posteriores de tres actrices, y las versiones más recientes con una actriz diferente para cada función).
Cada monólogo de alguna manera se relaciona con la vagina, ya sea a través del sexo, el amor, la violación, la menstruación, la mutilación, la masturbación, el nacimiento, el orgasmo y la variedad de nombres para la vagina, o simplemente como un aspecto físico del cuerpo. Un tema recurrente en toda la pieza es la vagina como un instrumento de poder femenino, y la última encarnación de la individualidad. Algunos monólogos son:
Yo tenía doce años, mi madre me dio una bofetada: un coro que describen el primer periodo menstrual de muchas de jóvenes y niñas.
Mi Vagina enojada: en la que una mujer con humor habla acerca de las injusticias forjadas en contra de la vagina, como tampones, duchas vaginales, y las herramientas utilizadas por los obstetras y ginecólogos
Mi vagina era mi pueblo, un monólogo de datos de los testimonios de las mujeres bosnias víctimas de violación campamentos.
El pequeño Coochie Snorcher que sí pudo: una mujer recuerda los recuerdos de experiencias sexuales traumáticas en su infancia y que se describe como "la curación positiva" la experiencia sexual en su adolescencia con una mujer mayor. En la versión original, que es 13, pero versiones posteriores cambiaría su edad a 16 años. Esta obra en particular ha suscitado numerosas controversias y críticas debido a su contenido.
Reivindicación del Coño, una obra narrada por una mujer que pone de manifiesto que la palabra "coño" en sí es una palabra muy bonita a pesar de sus connotaciones desconcertante
La mujer que amaba hacer vaginas felices, en el que una trabajadora del sexo para las mujeres discute los detalles interesantes de su carrera y su amor por las mujeres que dan placer. En varias actuaciones que a menudo se llega al final de la obra, literalmente, culminando con una manifestación vocal de un "orgasmo triple".
Debido a que a él le gustaba mirarla: una mujer describe cómo pensaba que su zona púbica era fea y se avergonzaba de pensar en ella, pero cambió de opinión debido a una experiencia sexual con un hombre llamado Bob que le gustaba pasar horas mirándola.
Yo estuve allí, en la habitación: un monólogo en el que Eve Ensler describe el nacimiento de su nieta.
SI A LOS TRES AÑOS NO HE VUELTO
Hace ya un tiempo, la periodista Ana R. Cañil empezó a seguirle la pista a una terrible historia: la de las prisioneras de la posguerra cuyos hijos les fueron arrebatados por sus carceleros para internarlos en seminarios y conventos o darlos en adopción.
Un práctica cruel que encontraba su justificación en teorías pseudocientíficas, propias de los regímenes totalitarios y defendidas sin fisuras por médicos, religiosos y legisladores de renombre de la época. Aquí había materia para un magnífico ensayo.
Pero la autora no pudo evitar un acercamiento emocional, como el que ya emprendió en La mujer del maquis,aunque, en este caso, con mucha más ambición narrativa.
El resultado de su esfuerzo es una novela imposible de soltar, no sólo por el hecho terrible que denuncia, sino por la manera en que ese hecho se encarna en dos antagonistas inolvidables: Jimena Bartolomé, la joven esposa de un comunista, y María Topete, la directora de la cárcel de mujeres de Ventas.
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