10 FACTORES CON LOS QUE DESTRUYES TU AUTOESTIMA

1. El tipo de música

La música es básica para el ser humano. Es una expresión sublime que dice mucho de lo que somos y dicta cómo nos relacionamos con el universo. Hay para todos los gustos, pero existen canciones que nos causan más daño de lo que imaginamos.
Cualquier melodía que promueva el odio de cualquier tipo, el crimen o narre historias de violencia, afecta nuestra forma de ver el mundo y cómo tratamos a los demás.
Nada de malo escuchar metal o música gótica de vez en cuando, pero no debe ser nuestro único género. Hay que analizar lo que escuchamos y decidir si en verdad queremos ser parte de un movimiento que trate a los demás como objetos o que hable de tristeza y depresión.

2. El tipo de cine, videos o televisión

Al igual que la música, el contenido visual que consumimos, nos afecta mucho. Si ves películas depresivas o de violencia todo el tiempo, estarás distorsionando tu visión del mundo. También tu valoración como persona se vendrá abajo.
No es que ver películas de crimen te vuelva criminal, no. Tampoco los videojuegos te vuelven asesino en serie. Pero sí estarás hipervigilante de las cosas malas de la vida y vivirás en un mundo donde la violencia está justificada. Y la violencia siempre comienza dentro de uno mismo.

3. El tipo de amigos

Ser amable y ayudar a los demás nos rodea de personas maravillosas. Pero si tenemos problemas de autoestima y nuestros amigos están igual de deprimidos que nosotros, nunca saldremos adelante.
No hay que decir adiós a todas nuestras relaciones. Solo hay que revisar si los amigos no nos están llevando hacia abajo con ellos. De ser así, tomar un par de semanas lejos es buena idea.

4. Tu lenguaje

El lenguaje nunca es inocente. Todo lo que decimos tiene una intención clara y directa, por más que lo neguemos. Si nos referimos a nosotros mismos con palabras destructivas, estaremos cavando un pozo muy profundo del que será cada vez más difícil salir.
No se trata de hablar con lenguaje optimista vacío. Se trata de entender que nuestras palabras nos afectan, para evitarlas o cambiarlas.

5. Facebook

Esta red social es veneno puro para la autoestima, pues nos obliga a justificar nuestra vida ante los demás para cumplir con sus expectativas. Y nunca, nunca pasará.
Es un abismo negro en el que todos deben tener una vida perfecta porque saben que los demás estarán evaluando y juzgando cada una de las acciones, opiniones o imágenes que publiquemos.
En muchos estudios se ha ligado directamente la presión social de Facebook, con comportamientos autodestructivos y depresión.
Facebook puede ser una gran herramienta de comunicación y de trabajo. También es muy divertido. Pero hay que estar siempre atentos al tipo de información que compartimos y a las personas a las que escribimos.
Si esta red te presiona, te deprime o te causa angustia, es hora de cerrar la cuenta.

6. Tu alimentación

El cuerpo necesita alimento para continuar vivo y ayudarnos a navegar las olas del samsara.  Pero la alimentación con la que contamos en las ciudades es terrible, por decir lo menos.
El consumo de comida procesada daña la salud de muchas maneras. Un órgano que recibe mucha agresión originada por la comida, es el cerebro. El azúcar y los cereales inflaman el cerebro, lo que produce depresión y agresión como síntomas. No es una coincidencia que los índices de depresión y violencia estén tan altos. ¡Nos alimentamos muy mal!.
Cada persona es distinta, claro. La nutrición siempre es personal. Pero si revisas lo que comes y optas por lo natural cocinado en casa, es buena idea. ¡Lo peor que puede pasar es que te sientas bien y con menos apatía hacia ti!

7. Falta de luz solar

Por lo regular cuando tenemos problemas de baja autoestima preferimos vivir de noche. Esto se debe a que es cuando todos duermen que tenemos la ilusión de que nadie molesta y somos libres.
Pero es una ilusión peligrosa porque lo único que sucede es que nos aislamos más, sacrificamos la salud en más de una forma. Y una de ellas es la generación de vitamina D, que solo llega por exposición a la luz solar.
Sí, la luz del sol es buena, contra todo lo que nuestros amigos emos, dark y góticos piensen.
La luz solar hace que nuestra piel genere vitamina D, que ayuda a que el cerebro funcione de forma correcta y evite depresión, ansiedad y angustia.
Salir a la luz del sol sin gorra ni bloqueador, por 30 minutos al día, es una práctica sana que promueve la alegría y un cuerpomente sano. Obvio, eso es un buen paso para comenzar a reparar nuestra relación con nosotros mismos.

8. Tu religión

Este es un punto muy espinoso y lo mantendré corto, pero una religión basada en la culpa y en la vergüenza del cuerpo humano, siempre afecta la autoestima.
Sin importar tu religión, siempre es bueno cuestionar y revisar si lo que sientes es originado por dogmas o ideas irrefutables. De ser así, es tiempo de emigrar a pasturas más verdes.

9. Tus opiniones

Tener opiniones sobre lo que nos rodea es bueno. Así es como nos relacionamos con el universo y aprendemos lo necesario para la vida.
Casarnos con las opiniones y volverlas pilares de nuestra personalidad es terrible. Cada juicio inamovible es una piedra que llevamos a cuestas en la espalda que nos inmoviliza y nos evita crecer como personas.
Las opiniones y los juicios sobre uno mismo son rocas radiactivas. A parte de pesadas, contaminan todo lo que hacemos.
Estar atentos a nuestro diálogo interno y a los juicios es vital. Así es como comenzaremos a cobrar consciencia de las trampas que nos ponemos y seremos capaces de detener el sabotaje en el que incurrimos.

10. Tu envidia

Reservé la envidia para el punto final porque creo que es el factor determinante para la baja autoestima.
La envidia nace por dos razones: presión social de ser siempre perfectos y por las eternas comparaciones internas a las que nos sometemos. Evaluamos nuestro progreso personal y lo contrastamos con la vida de otros, lo cual nos lleva a la depresión pues jamás podremos ser como los demás.
Y en realidad la envida es sólo una historia más contada por la mente. Pero esta historia es altamente destructiva porque nos hace infelices desde el momento que surge. Cancela la inteligencia y comienza a crear odio en el corazón.
Al igual que las opiniones, la envidia es un pensamiento al que hay que vigilar de cerca. Tan pronto notemos que llega, hay que regresar al momento actual y agradecer lo que somos y lo que tenemos. Necesitamos entender que el presente es lo único que tenemos y que si lo perdemos por compararnos con los demás, dejaremos de vivir.

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