ADIOS

Una de las despedidas más valientes es esa en la que todavía hay amor, pero ya no hay paz. Cuando sabes que los sentimientos siguen ahí, pero la relación te resta más de lo que te aporta. No es fácil soltar a quien amas, pero duele más quedarse donde ya no floreces.


A veces, irse no es falta de cariño, es respeto por uno mismo. Es decir: “te quiero, pero no a costa de mi estabilidad, de mi calma, de mi dignidad”. Porque no todo lo que se ama se debe conservar; hay amores que enseñan, pero también desgastan.


Te das cuenta de que seguir es apagar tu luz poco a poco, perderte en esfuerzos unilaterales, en conversaciones que no cambian nada, en promesas que no se cumplen. Y ahí comprendes que no puedes salvar lo que la otra persona no quiere sostener contigo.


Irse es duro, sí. Pero quedarte puede significar dejarte a ti mismo en último lugar. Por eso, aunque el corazón se rompa, aunque los recuerdos pesen, eliges cerrar el ciclo. Porque mereces una vida donde no tengas que mendigar presencia, afecto ni compromiso.


Y así, con lágrimas y temblores, pero también con amor propio, decides marcharte. No porque no ames, sino porque por fin te amas. Y con esa decisión empieza algo nuevo: tu regreso a ti.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

PAGINAS AMIGAS

http://www.madamealbert.com.mx/woman-c2lh http://elespaciodemartha.blogspot.mx/ http://xochitlndc.blogspot.mx/ http://cronicadeunaamantedeloslibros.blogspot.mx/ http://creadasaimagendedios.blogspot.mx/