DETRAS

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Detrás de esa mujer que no se ha ido hay una niña que tiembla,  

porque alguna vez soñó con un hogar  

donde el amor no se fuera.  


Detrás de esa mujer que no se ha ido,  

hay una hija que no quiere ser el motivo  

de la tristeza de su madre,  

que no quiere ser la que falla  

en los ojos de mamá,  

porque siente que su partida  

sería un «fracaso.»


Detrás de una mujer que no se ha ido,  

hay una que olvidó cómo quererse.  

Una que se mira al espejo y no se encuentra,  

porque pasó demasiado tiempo comparándose  

con todas las otras mujeres  

con las que la engañaron.  


Mujeres que ella convirtió en enemigas  

sin siquiera conocerlas,  

porque sin querer le robaron el sueño  

y la seguridad de sentirse suficiente.  


Se sintió menos,  

tan poco,  

tan rota,  

hasta creer que ya no alcanza.  

Hasta cargar esa mentira  

en el fondo del alma.  


Detrás de esa mujer que no se ha ido,  

hay miedos acumulados  

bajo sus comisuras,  

entre sus manos,  

por encima de sus pies que se quedan quietos.  

Miedos a la soledad.


Detrás de una mujer que no se ha ido,  

hay una que un día amó tanto  

que juró querer para siempre.  

Que juró quedarse,  

en las buenas,  

en las malas,  

en las peores,  

y que hoy sigue repitiéndose  

que esto es solo una mala racha.  


Que quizás mañana las cosas mejoren.  

Que no es tiempo de abandonar,  

porque un capitán se ahoga con el barco.  


Siente culpa si no cumple,  

si no aguanta,  

porque le dijeron que el amor se pelea,  

que el amor es sacrificio.  

Y lo creyó.  

Por eso se queda,  

se queda y se seca.  


Pero detrás de esa mujer que no se ha ido,  

hay otra que ya se ha dado cuenta.  

Que sabe.  

Que entiende,  

que si sigue ahí,  

un día no quedará nada de ella.  

Ni su risa,  

ni su fuerza,  

ni sus sueños.  


Y ya ha perdido tanto,  

como para perder también eso.  


Detrás de una mujer que no se ha ido,  

hay una que se ha cansado de esperar  

que las cosas cambien.  

Una que cada día está más lista para irse.  

O quizás no lista,  

pero dispuesta,  

porque ha entendido que a veces  

el momento de estar lista no llega,  

—y aún así una se tiene que ir.  


Y se irá.  

Se irá porque se quiere.  

Se irá porque merece más.  

Se irá porque entiende,  

porque por fin lo entiende.



CIUDAD JUAREZ: DONDE LAS MUJERES SON DESECHABLES

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DEJAR IR

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A veces quedarse duele más que no estar juntos. Esa frase resuena en mi mente cada día desde que tomé la decisión de quedarme a tu lado, a pesar de que nuestras miradas ya no tienen la misma chispa, y nuestras sonrisas se han vuelto forzadas. La vida a tu lado, que alguna vez fue una danza armoniosa, ahora se siente como una lucha constante entre lo que fue y lo que es. 


Cuando decidimos seguir juntos, creí que podríamos repararlo. Tenía la esperanza de que los momentos de intimidad, los recuerdos felices compartidos, y la conexión que una vez fue tan profunda, podrían ser suficientes para llenar el vacío que nos separaba. Pero con el tiempo, me di cuenta de que lo que se había perdido no podía recuperarse simplemente quedándome a tu lado.


Al principio, tus pequeños gestos me traían alegría. Un roce de tu mano, la calidez de tu abrazo, la forma en que solías mirarme como si fuera lo más importante en tu mundo. Pero esos momentos se fueron desvaneciendo. Lo que antes era consuelo, ahora se siente como una cadena que me ata a un lugar que ya no es un hogar, sino un recordatorio constante de lo que no somos. Cada día en el que el silencio se hace más pesado, en el que las palabras se vuelven innecesarias, siento que el dolor se intensifica. 


Verte quedarse a mi lado, pero distante, es una de las experiencias más difíciles que he enfrentado. Eres una presencia que, aunque me llena de nostalgia y añoranza, también me hiere. Desearía poder regresar a aquellos días llenos de risas y complicidad, pero la verdad es que a veces, el amor no es suficiente. El amor puede ser fuerte, pero también puede ser débil cuando se enfrentan las heridas no sanadas y los sueños rotos. A veces, el mantenerse juntos se transformó en un acto de resistencia, donde ambos luchamos por guardar las apariencias mientras la realidad nos consume por dentro. 


Y así, en este estado intermedio, la pregunta persiste: ¿Es más doloroso quedarnos juntos y ver cómo se deshace lo que una vez fue, o sería más fácil separarnos y permitirnos sanar? Reconocer que a veces quedarse duele más que separarse es un acto de valentía. Es entender que a veces el amor implica soltar, incluso cuando el corazón grita que te quedes, que lo intentes una vez más. 


La idea de la separación se vuelve un eco constante en mi mente. Esa posibilidad de liberarnos, de permitirnos la tristeza de la despedida, pero también la promesa de nuevas oportunidades, se presenta como una luz en este abismo de confusión. Desearía que el amor siempre fuera suficiente, pero la verdad es que el amor necesita nutrirse de comunicación, entendimiento y, sobre todo, conexión. 


Para amarse de verdad, a veces es necesario dejar ir. Tal vez, el estar separados no signifique un final, sino un nuevo comienzo, una oportunidad para redescubrirnos como personas individuales, y quizás volver a encontrarnos en un futuro, cuando nuestras almas estén sanas y llenas de esperanzas renovadas. Porque el amor, aunque es complicado, no desaparece por completo; se transforma. Y en ese proceso, aunque duela, es posible encontrar paz. 


Así que, con cada día que pasa, sigo reflexionando sobre si es más doloroso quedarme o marcharme. La respuesta se va aclarando lentamente, y en el fondo, sé que la decisión, aunque difícil, debe hacerse con amor y honestidad, tanto para mí como para ti. Porque, a veces, el acto más valiente de amor es aprender a dejar ir. ❤️‍🩹

PERDON

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Te perdono por no sentir lo mismo que yo, por no emocionarte al pensar en mí como al pensar en tí lo hacía yo.


Te perdono por no sentirte ansioso por verme, por no contar los minutos que faltaban para estar junto a mí. Te perdono por no gritar mi nombre al viento pidiéndome que regrese.


Te perdono por no pensar en mí cuando veías una flor, cuando pasaba una mariposa o simplemente cuando la Luna brillaba.


Te perdono por no darte cuenta que en más de una ocasión me arreglaba para ti, por no notar que mis ojos no podían apartarse de tu rostro ni mi corazón dejaba de latir con solo pensarte.


Te perdono por todas esas veces que preferiste alejarte de mí solo para no herirme, sin saber que eso me causaba más heridas. 


Me perdono por pensar que eras tú, por soñarte a mi lado, por sentir que era a ti a quién había estado esperando. Me perdono por regalarte mis pensamientos, por haberte dedicado mis desvelos y uno que otro verso.


Me perdono por regalarte mis suspiros, por derramar lágrimas en tu nombre, por anhelar tu piel, tus abrazos y besos. Me perdono por buscarme en tu mirada y esperar que me llamaras.


Me perdono por haberme confundido como la compañera de tu alma..❤️‍🩹

ME DEDICO

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Me dedico lo que me queda de vida, no sé si será mucha o poca, pero quiero hacerme regalos carísimos como es la fidelidad a mí misma sin permitirle a nadie que corrompa la tranquilidad que me dejan mis decisiones.


Me quiero dar el gusto de pasar por una vidriera, ver que me sienta bien los años con los cuales he renegado, por qué cada uno dejó en mí oscuras ojeras causadas por el desvelo que nadie supo nunca y solita transite buscando el porqué de tantas cosas que al final debían suceder porque sí… Y de todo aprendí.


Me dedico las canciones que me hicieron recordar a alguien, pero ahora no lloro las ausencias ni hay esa fila larga de arrepentimientos por no saber si iba a ganar o perder.


Me doy permiso para abrir una botella de vino sin un motivo por el cual brindar porque a veces solo necesito de mi propia compañía.


Mirarme, decirme que voy a estar bien y que nada es para siempre porque estamos de pasada y todo es aceptable, menos dejarme para más tarde.


Quiero obsequiarme flores, por qué en algún momento no supe contemplarlas y las deshojaba esperando que el último pétalo me diga que me querían cuando los que tenían que hacerlo murieron en silencio y yo sin ninguna flor.


Por eso quiero dedicarme lo que resta de vida.


Caminar por las calles sin esperar, encontrarme con alguien de mi pasado y preguntarme por qué no está en mi presente.


Tomar un café adonde tuve que irme para no cruzarme con gente que decía ser eterna para mí y resultó eterno el olvido que dejaron sin saber qué tan rota había quedado cuando las puertas de mi corazón estaban abiertas y sus brazos cerrados para mi tristeza o éxito si algún día sucedería.


Me quiero entregar la llave de la felicidad que gané cuando perdí mis miedos.


Colgar cuadros nuevos en esa pared adonde me apoyé cada día con sus noches viendo fotografías que me dejaban al borde de la soledad y heridas en carne viva porque extrañar era para débiles y superar era de valientes y tuve que aprender a serlo.


Entonces di un paso, y luego otro, y así pude llegar hasta el espejo más cercano, y fue cuando me vi después de mucho tiempo.


Me observé, me hablé como quien habla a una amiga que ha pasado demasiado y me dije … ¿Qué vas a hacer el resto de tu vida?


Y la última decisión fue … VIVIRLA, AL FINAL ES MI VIDA Y NO SE REPETIRÁ DOS VECES. 🫶🏻 💕

REGALOS

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Me dedico lo que me queda de vida, no sé si será mucha o poca, pero quiero hacerme regalos carísimos como es la fidelidad a mí misma sin permitirle a nadie que corrompa la tranquilidad que me dejan mis decisiones.


Me quiero dar el gusto de pasar por una vidriera, ver que me sienta bien los años con los cuales he renegado, por qué cada uno dejó en mí oscuras ojeras causadas por el desvelo que nadie supo nunca y solita transite buscando el porqué de tantas cosas que al final debían suceder porque sí… Y de todo aprendí.


Me dedico las canciones que me hicieron recordar a alguien, pero ahora no lloro las ausencias ni hay esa fila larga de arrepentimientos por no saber si iba a ganar o perder.


Me doy permiso para abrir una botella de vino sin un motivo por el cual brindar porque a veces solo necesito de mi propia compañía.


Mirarme, decirme que voy a estar bien y que nada es para siempre porque estamos de pasada y todo es aceptable, menos dejarme para más tarde.


Quiero obsequiarme flores, por qué en algún momento no supe contemplarlas y las deshojaba esperando que el último pétalo me diga que me querían cuando los que tenían que hacerlo murieron en silencio y yo sin ninguna flor.


Por eso quiero dedicarme lo que resta de vida.


Caminar por las calles sin esperar, encontrarme con alguien de mi pasado y preguntarme por qué no está en mi presente.


Tomar un café adonde tuve que irme para no cruzarme con gente que decía ser eterna para mí y resultó eterno el olvido que dejaron sin saber qué tan rota había quedado cuando las puertas de mi corazón estaban abiertas y sus brazos cerrados para mi tristeza o éxito si algún día sucedería.


Me quiero entregar la llave de la felicidad que gané cuando perdí mis miedos.


Colgar cuadros nuevos en esa pared adonde me apoyé cada día con sus noches viendo fotografías que me dejaban al borde de la soledad y heridas en carne viva porque extrañar era para débiles y superar era de valientes y tuve que aprender a serlo.


Entonces di un paso, y luego otro, y así pude llegar hasta el espejo más cercano, y fue cuando me vi después de mucho tiempo.


Me observé, me hablé como quien habla a una amiga que ha pasado demasiado y me dije … ¿Qué vas a hacer el resto de tu vida?


Y la última decisión fue … VIVIRLA, AL FINAL ES MI VIDA Y NO SE REPETIRÁ DOS VECES. 🫶🏻 💕

PERSONA SALVADORA

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🧔‍♂️🙎Aplica a hombres y mujeres

El o ella constantemente ve en sus parejas alguien a quien salvar, a quien rescatar. Normalmente se relaciona con personas con algún vacío emocional, con algún vicio o con algún tipo de problema, hombres o mujeres necesitado(a)s de amor y de atención, con toques narcisistas, egoístas, con falta de seguridad en si mismos que le generan comportamientos tóxicos con los demás.


Durante su vida asumen responsabilidades que no le corresponden; son las que están siempre para sus amigas, (os) y lo dan todo por sus parejas.

Ven a sus parejas como proyectos inconscientemente, creen en el poder transformador porque ven el potencial desperdiciado que tienen sus parejas.

Detrás de una salvador(a), solo hay una niño(a) que busca sentirse importante para alguien.

¿Cuándo va a cambiar? Cuando entienda que no puede cambiar a nadie y que si quiere que las cosas cambien, primero debe mirar a quien quiere salvar realmente, desde la mirada del árbol genealógico él o ella quiere salvar alguno de los padres, fueron aquellos niños donde su mayor deseo era que alguno de los padres o los dos fueran felices, exitosos, saludables, etc. 

Cuando se hace consciencia que es lo que quiero salvar realmente, encontramos un juego inconsciente dónde persigo resolver un conflicto infantil. Cuando se asume y se identifica podemos mirarlo de una manera adulta y cambiar patrones de comportamiento así que por consecuencia cambiará mi rol y eso generará una nueva realidad, entonces se desaparecerán ese tipo de gente que se aprovechan de su luz y dejaran de drenarle su energía, es ahí donde descubrirá que ya es suficiente que no resolverá un conflicto que nació de sus heridas infantiles y que no necesita hacer nada extraordinario para que lo (a) amen, porque es suficiente y la personas que vibren en su nueva sintonía llegará.

No puedes cambiar a nadie, no puedes ayudar a nadie que no quiere ser ayudado y lo único seguro es que solo puedes salvarte a ti.

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