FACTOR DE PROTECCIÓN SOLAR


La piel se encarga de regular la temperatura corporal, percibir estímulos de dolor o placer y protegernos de las agresiones ambientales, entre las que se encuentran contaminación y rayos solares, siendo estos últimos los principales responsables de que se altere el equilibrio natural de grasa y agua de la epidermis. Además, cuando se tiene exposición frecuente y prolongada al Sol, sus radiaciones pueden ocasionar enrojecimiento, quemaduras, urticaria, eccema y problemas oculares (lagrimeo, irritación y conjuntivitis).

Lo anterior suele derivar en envejecimiento prematuro y aparición de manchas, además de incrementar la posibilidad de padecer cáncer de piel, que es la manifestación extrema de la acción destructiva de la radiación del Sol. Ahora bien, por dichas razones es sumamente importante que desde la infancia se proteja al máximo la epidermis mediante la aplicación de protectores solares, cuya acción consiste en repeler los rayos ultravioleta.

Dichos productos son emulsiones semisólidas, líquidas o en gel que contienen agentes antisolares, los cuales reducen riesgo e intensidad de quemaduras, ya que tienen la propiedad de reflejar o absorber parte de la iluminación solar. Cabe destacar que tales formulaciones poseen diferente factor de protección solar (FPS), el cual hace referencia al tiempo que se puede permanecer bajo el Sol sin que se dañe la piel; a continuación se describe este punto con mayor detalle.

Hay algunos protectores que contienen PABA, sustancia que tiene la propiedad de disminuir la radiación que llega a la piel, pero se ha asociado a problemas alérgicos y dermatitis de contacto. Por ello, actualmente la mayoría de los bloqueadores y filtros solares no la contienen.

¿Qué factor necesita cada tipo de piel?

El FPS un número que indica la proporción de tiempo que un producto aplicado sobre la epidermis permite extender el periodo de exposición al Sol sin riesgo de quemadura solar; por ejemplo, si la piel de una persona se expone al Sol durante 10 minutos sin sufrir quemaduras, usar un bloqueador con FPS de 40 la protegerá 40 veces más, así, la epidermis soportará los efectos de los rayos solares durante 400 minutos (6 horas con 40 minutos). No obstante, es preciso tomar en cuenta que el protector no siempre se mantiene intacto, ya que si se tiene contacto con agua o hay transpiración puede perder su efecto; por tal motivo deberá reaplicarse.

El FPS, según su nivel de protección, se clasifica de la siguiente manera: 2, 4 y 6 (leve), 8, 10 y 15 (medio), 20 y 30 (fuerte) y más de 40 (intenso). Al momento de adquirir un bloqueador solar, además de considerar el FPS, es necesario tomar en cuenta el tipo de piel, pues si es seca es preferible que la presentación sea en crema, cuando es grasa lo más recomendable es elegir protectores en gel, y si es normal puede optarse por cualquiera de los dos; asimismo, no hay que pasar por alto las siguientes características:
  • Debe resistir el agua, por ejemplo, hay algunos que perduran en la piel por 40 minutos (water resistant) aunque la persona se encuentre bajo el agua, y otros que se mantienen por 80 minutos (waterproof).
  • Al aplicarse tiene que deslizarse fácilmente por la piel.
Estas son las propiedades básicas que todo protector solar debe poseer, pero es indispensable que se aplique 30 minutos antes de tomar el Sol para que se absorba y efectúe mejor sus funciones, así como reaplicarlo cada dos horas (si se va a tener contacto con agua).
Cabe destacar que independientemente del color de la epidermis, los dermatólogos siempre recomiendan el uso de bloqueadores desde la infancia hasta la tercera edad porque de esta manera es posible prevenir el envejecimiento prematuro y disminuir el riesgo de padecer cáncer en la piel.
Desde temprana edad
Es común que los niños desarrollen gran parte de sus actividades al aire libre y, por ende, tengan frecuente exposición al Sol, lo cual no debe dejarse de lado, pues aunque parezca increíble el deterioro de la piel inicia desde que se tiene contacto con los rayos solares por primera vez.
Por lo anterior, es importante enseñar a los pequeños a protegerse del Sol, para lo cual resulta conveniente tomar en cuenta los siguientes consejos:
  • Evitar asolear a los niños entre las 10:00 y 15:00 horas del día, ya que durante este periodo la radiación solar es más intensa.
  • Utilizar protectores solares indicados para niños.
  • Reaplicar periódicamente el producto, especialmente si están en el agua o realizando alguna actividad que promueva la secreción de sudor.
  • Proteger su cabeza con gorra.
  • Ofrecerles gran cantidad de agua para evitar deshidratación.
  • Posteriormente, humectar su piel.
Como puede ver, no hay motivo para privarse de la exposición solar si se tiene adecuada protección, pero recuerde que aún con ella no hay que abusar.

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