QUISTES, INTRUSOS EN EL CUERPO


La aparición de quistes afecta y preocupa a muchas mujeres, ya que sienten temor de que sean indicio de cáncer. No obstante, casi siempre son de tipo benigno, motivo por el cual no hay que alarmarse de más, aunque es necesario acudir al ginecólogo para evitar complicaciones.

Los quistes son pequeñas protuberancias que pueden formarse en senos y ovarios, en su interior contienen líquido o material semisólido y están rodeados por membranas.

Algunos estudios muestran que las posibilidades de desarrollarlos en senos son más elevadas para las mujeres que nunca han procreado hijos, quienes tienen ciclos menstruales irregulares o antecedentes de cáncer de mama. Por otra parte, cuando se forman en ovarios, regularmente son inofensivos y desaparecen en pocos meses, aunque pueden crecer.

Cuando invaden a los senos


Cada seno tiene de 15 a 20 secciones, llamadas lóbulos, y cada uno de éstos cuenta con pequeñas estructuras denominadas lobulillos, los cuales concluyen en docenas de minúsculos bulbos (glándulas productoras de leche). Las partes antes citadas están unidas por pequeños tubos conocidos como conductos, que se dirigen al pezón; la grasa propia del cuerpo llena los espacios entre lóbulos y conductos, pues no hay músculo en los senos.

En dicha parte del cuerpo pueden presentarse cambios, como los que ocurren antes y durante la menstruación (inflamación, dolor o aparición de "bolitas", molestias que desaparecen dos días después de que finaliza la "regla"), así como tumores benignos (quistes), los cuales pueden ser grandes o pequeños, o bien, suaves o duros.

Cabe destacar que es posible que estas protuberancias se formen como consecuencia de un proceso inflamatorio, infecciones o acumulación de leche, las cuales pueden identificarse fácilmente, ya que sus síntomas incluyen dolor y endurecimiento identificables al tacto.

En el momento en que aparecen las molestias antes citadas es necesario acudir al ginecólogo, especialista que hará una revisión física y solicitará la realización de un ultrasonido para comprobar diagnóstico y ubicación exacta de los quistes. Asimismo, proporcionará tratamiento a base de hormonas y antiinflamatorios, pero en caso de que los tumores no desaparezcan se procederá a su extirpación quirúrgicamente.

En ovarios


Estos dos pequeños órganos se ubican en la parte inferior del abdomen, cada uno en los extremos del útero (matriz), y mes a mes fabrican un óvulo. En ellos también pueden formarse quistes, los cuales ocasionan intenso dolor abdominal, sensación de plenitud en bajo vientre o espalda, alteraciones menstruales y que el contacto sexual sea doloroso.

Si bien la mayoría de los quistes ováricos son benignos, deben estudiarse cuidadosamente mediante ultrasonido, que es un método que permite ver si su contenido es líquido o sólido. En este último caso, puede estar asociado a endometriosis (formación de tejido que cubre al útero fuera de éste) o corresponder a cáncer, razón por la que se solicita una biopsia (extracción de una muestra de tejido) del ovario, la cual permitirá establecer adecuado diagnóstico.

Muchas veces se controlan con tratamientos a base de fitoestrógenos, pero cuando miden más de 5 centímetros de diámetro es necesario recurrir a intervención quirúrgica, la cual consiste en extraer la parte quística tratando con extremo cuidado al ovario.

Recuerde que es indispensable acudir periódicamente a revisiones ginecológicas; no sólo debe visitar al médico cuando sienta molestias pues, como usted puede ver, los quistes no siempre causan síntomas.

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