MI CLAN DE DEBBIES HERMIGAS...



Mi abuela materna era una sabia. De ella aprendí a contar y a reirme de mi misma y del mundo. Hace cincuenta años, cuando a nadie se le ocurría hablar de emancipacion y libertad, ella sola gestionaba su terreno, sacaba adelante a sus hijos sin estudios, ingeniandoselas con trueques y compraventas, tenia un sentido del humor mordaz ( que mezclado con el de mi abuela paterna... bueno, jejeje!!! this is lucky...) “Una mujer siempre debe tener más sueños que hijos e hijas” decía con sus ojos iluminados por la rebosante alegría de vivir con la que amanecía cada mañana.

También aprendí el secreto que me susurraba al oído cuando tenía apenas cinco añitos y una incipiente necedad por entender el mundo y sus milagros. “Recuerda”, me decía, recuérdalo todo. Y lo suyo no era una simpleza cualquiera, la madre de mi madre me explicó que recordar viene de re-cordis, es decir: volver a tamizar por el corazón.

Supongo que por eso paso la vida recordando los pequeños detalles amorosos de mis amigas. Será por eso que tengo hermigas (hermanas- amigas) en múltiples sitios de la geografía mundial, y me basta cerrar los ojos para que lleguen a mi mente detalles tan simbólicos como el tono de la risa de Mayra, o la melodiosa voz francesa de Marie Pierre, o el tono de la plática cantadita de Velia. Cuando me pongo triste, muy triste porque parece que en mi patria no hay remedio para la corr
upción, me basta recordar la dulce y melodiosa voz de Elvia, quien desde la me hace un recuento de los logros y el impacto de los esfuerzos casi milagrosos, y al final de cada conversación siempre suelta un auténtico “te quiero amiga”.

Krishna y su humor mordaz, Celia y su delicadeza.. Y podria nombrarlas a todas, .
podria nombrar muchas cosas de todas, pero es mas facil pintar un arcoiris. Todas tienen algo en comun: SON MUJERES, Y ME HAN HONRADO CON SU AMISTAD

Mi abuela tenía amigas en todas partes. Lo mismo se reunía con sus hermanas que cantaban hasta el amanecer, que con las amas de casa cuyas historias ella escuchaba como quien descubre la luna y de verdad le importa cómo flota en el cielo.

De las mujeres de mi familia aprendí que la justicia es un derecho y que cuando el amor no basta para quedarse al lado del hombre, la amistad es suficiente para recuperar el gozo de tenerse. Pero su más grande obsequio fue el secreto de ejercitar no la memoria, sino los recuerdos que alimentan el corazón.

Por estar a mi lado siempre... Gracias
Por pintar de colores el arcoiris de mi vida

0 comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

PAGINAS AMIGAS

http://www.madamealbert.com.mx/woman-c2lh http://elespaciodemartha.blogspot.mx/ http://xochitlndc.blogspot.mx/ http://cronicadeunaamantedeloslibros.blogspot.mx/ http://creadasaimagendedios.blogspot.mx/