NO ERES TU... SOY YO
¿A quién no le han dicho alguna vez eso de “me caes muy bien” o “eres una chica muy linda” pero ahora mismo necesito estar solo”?
En un caso así hay que saber aceptarlo y retirarse con elegancia. El problemas es cuando se trata de nuestra pareja, cuando las cosas empiezan a ir mal y él te deja caer frases de este tipo.
En un caso así hay que saber aceptarlo y retirarse con elegancia. El problemas es cuando se trata de nuestra pareja, cuando las cosas empiezan a ir mal y él te deja caer frases de este tipo.
Si estás en esta situación y por mucho que intentas que te lo explique no consigue ser claro, toma nota de lo que puede significar lo que te está diciendo. Puede que ni él mismo sepa aún lo que quiere o lo que siente, pero sus palabras le traicionen.
Tenemos que hablar
Esta es la frase más temida para cualquiera que esté enamorado, ya que suele ser presagio de problemas. Sobre todo cuando viene de ellos, a los que normalmente les cuesta mucho hablar de sentimientos o de la relación. Si te ha dicho esto, intenta prepararte mentalmente para lo que pueda pasar.
¿Quiere cortar contigo? Es una posibilidad real, pero tampoco tiene por qué ser su objetivo. Puede quiera querer aclarar cosas contigo, decirte lo que no le gusta de la relación o lo que no está dispuesto a consentir. También es posible que quiera decirte que tiene dudas pero no necesariamente quiera dejar la relación. Cómo actuar. Siendo adulta, madura y valiente, sentándote a hablar con él cara a cara para escuchar con buen talante todo lo que tenga que decirte. Tal vez lo no todo esté perdido si tú sabes encajar las críticas y estás dispuesta a cambiar.
¿Por qué no nos damos un tiempo?
Si tu se lo has dicho alguna vez a alguien, ya sabes lo que significa: “No sé si quiero seguir contigo y necesito distancia para darme cuenta de lo que siento”. Normalmente, este suele ser el primer paso para cortar una relación, sobre todo cuando hay cariño pero no amor, cuando al que quiere cortar le da pena la otra persona y no sabe cómo hacerlo, o cuando una tercera persona se ha cruzado en la relación.
Todo depende del motivo por el que tu pareja quiera darse ese tiempo. Las cosas cambian si habéis tenido algún problema, si tú le has hecho daño o le has sido infiel. En ese caso está claro que necesita tiempo para saber si podrá superarlo.
¿Quiere cortar contigo? Como te decíamos, todo depende del motivo, pero en principio parece que sí, o que tiene dudas. Pero no te alarmes antes de tiempo y juega bien tus cartas. Darse un tiempo puede ser muy positivo para que ambos pongan en orden sus ideas y tengan claro lo que sienten el uno por el otro. Cómo actuar. Si te pide tiempo, dáselo. No le llames, ni le agobies ni le pongas un plazo por mucho que te cueste. Tal vez necesite perderte de verdad para saber cuánto te quiere.
“No eres tú, soy yo”
Si lleva un tiempo raro y después de mucho preguntarle te ha dicho esto, algo está pasando. A no ser que esté muy estresado, cansado o tenga algún tipo de problema de autoestima, libido o familiar, esta frase suele significar desamor.
Lo sentimos, pero esto es que se suele decir cuando alguien no nos gusta lo suficiente, cuando nos hemos desenamorado o estamos teniendo una aventura.
¿Quiere cortar contigo? Las posibilidades son muy altas, ya que este tipo de frases suelen decirse para intentar no hacerle daño al otro, diciéndole que es estupendo pero nosotros no estamos bien… porque no sentimos lo mismo. Es muy posible que él aún no haya descubierto lo que siente realmente por ti, pero está claro que tiene dudas.
Cómo actuar. Sorpréndelo con un golpe de efecto diciéndole tú a él que se tomen un tiempo, que tú también necesitas aclarar tus ideas. No te aseguro el resultado, pero al menos le demostrarás que eres una mujer independiente, segura de ti misma y por la que merece la pena luchar. Y mantendrás alta tu autoestima habiendo si quien dio el primer paso para dejarlo si al final ocurre.
Cómo actuar. Sorpréndelo con un golpe de efecto diciéndole tú a él que se tomen un tiempo, que tú también necesitas aclarar tus ideas. No te aseguro el resultado, pero al menos le demostrarás que eres una mujer independiente, segura de ti misma y por la que merece la pena luchar. Y mantendrás alta tu autoestima habiendo si quien dio el primer paso para dejarlo si al final ocurre.
“No estoy preparado para tener una relación”
El mensaje está muy claro y tiene todo el derecho del mundo a decírtelo si es lo que de verdad siente. El problema es que tu pareja te diga esto después de un tiempo de relación, si ya estáis viviendo juntos o habéis hecho planes de futuro.
Aunque es la típica frase de los hombres, fruto de su miedo al compromiso, también son muchas las mujeres que se sienten así frente a una pareja que las agobia demasiado.
¿Quiere cortar contigo? Si llevan poco tiempo, a lo mejor no quiere dejarlo sino que se lo tomen con más calma. Si lo suyo es una relación más o menos formalizada, está claro que se ha agobiado por el nivel de compromiso, tus expectativas, tu dependencia de él o la pérdida de libertad. Cómo actuar. Intenta que se sincere contigo y te diga por qué se ha agobiado. Puede que sea sólo una excusa para cortar si no le gustas tanto como tú creías o puede que le hayas agobiado tú si has sido demasiado absorbente. Seguramente esté pensando que si eres así en el presente, el futuro será mucho peor y eso le quite las ganas de comprometerse contigo.
Otras frases típicas
“Tengo la sensación de que nos estamos alejando” (él es quien se está alejando).
"Me gustas mucho pero no sé lo que quiero” (no le gustas tanto como dice).
“No es culpa tuya, el problema soy yo” (pero no me atrevo a decirte que ya no estoy enamorado).
“Estoy en un período muy complicado de mi vida” (y no le gustas tanto como para complicársela más).
“No quiero hacerte daño” (suena prepotente, en realidad no está enamorado).
“Te mereces a alguien mejor” (y él querría estar con otra mujer mejor).
“Seguro que estarás mejor sin mi” (pero, sobre todo, él sin ti).
“Es lo mejor para los dos” (pero lo decide él).
“Las cosas están yendo demasiado deprisa” (si le gustaras querría correr mucho más).
Si te ha dicho alguna de estas frases, no está siendo valiente como para decirte la verdad, está utilizando excusas para dejarlo sin dar la cara. Es humano, pero poco honesto. Dile que estás totalmente de acuerdo, que tú piensas lo mismo y además ya no estás enamorada de él.
SI LA MUJERES GOBERNARAN EL MUNDO...
La liberación femenina ha avanzado mucho en las últimas décadas; desde ocupar puestos políticos hasta ser las cabezas de grandes empresas, no hay nada que una mujer no pueda lograr. Sin embargo, estamos conscientes de que vivimos en un mundo que aún es regido por hombres.
Pero, ¿qué pasaría si no fuera así? Si desde siempre las mujeres hubiéramos estado a la cabeza de las organizaciones, los países, las empresas. Estos son algunos cambios que seguramente ocurrirían:
1. Los cordones de las banquetas serían de colores, no amarillos. ¿Por qué usar tanta pintura chillante?
2. Tendríamos derecho a incapacidad de 3 días por cólico.
3. Los violadores serían castrados (y ridiculizados, de pasada).
4. Las cirugías estéticas se incluirían en el seguro de gastos médicos.
5. Todas las empresas tendrían guarderías en el edificio con personal capacitado en las mejores escuelas.
6. Los cajones de estacionamiento serían más amplios.
7. No habría guerras, pero se revelarían los secretos de estado en el cafesito.
8. El Papa sería mujer (y encontraríamos una forma más bonita de decirle que “la Papa”)
9. Aparte de vales de despensa, tendríamos vales de guardarropa.
10. Como castigo a los infieles se les haría un tatuaje en el cuello para que todas las mujeres supieran con quién se meten (como la letra escarlata pero a la inversa).
11. El naco que te aviente un piropo sexual en la calle sería castigado con labor forzada en una construcción usando minifalda.
12. La telefonía mundial sería gratuita. ¡Comunicarte es tu derecho!
13. Los hombres que abandonaran a su familia serían encarcelados y forzados a trabajar en una maquila de ropa de maternidad. Su sueldo se le mandaría de forma íntegra a la madre de sus hijos.
14. Las fotos de las identificaciones oficiales serían de estudio, tomadas por un fotógrafo profesional.
15. Todas las empresas tendrían cafetería gratuita con snacks orgánicos y saludables.
16. La industria farmacéutica se concentraría en encontrar una cura para la obesidad.
17. La limpieza doméstica se haría por hombres atractivos en playeras ajustadas y sería una prestación de las empresas.
18. Las películas pornográficas tendrían buenas historias, música de orquesta y al menos 20 min de foreplay.
19. El mundial de fútbol ocurriría cada 10 años y en ciudades con grandes centros comerciales.
20. La educación sería excelente, gratuita y siempre una prioridad.
Sin hombres, probablmente algunas cosas serían más cómodas, no habría guerras y las calles estarían limpias, pero ¿qué haríamos sin ellos? Aún creemos firmemente que los necesitamos cerca de nosotras, no sólo por compañía, sino porque su balance nos hace más fuertes.
¿Ustedes que creen que cambiaría en el mundo si nosotras gobernáramos?
Pero, ¿qué pasaría si no fuera así? Si desde siempre las mujeres hubiéramos estado a la cabeza de las organizaciones, los países, las empresas. Estos son algunos cambios que seguramente ocurrirían:
1. Los cordones de las banquetas serían de colores, no amarillos. ¿Por qué usar tanta pintura chillante?
2. Tendríamos derecho a incapacidad de 3 días por cólico.
3. Los violadores serían castrados (y ridiculizados, de pasada).
4. Las cirugías estéticas se incluirían en el seguro de gastos médicos.
5. Todas las empresas tendrían guarderías en el edificio con personal capacitado en las mejores escuelas.
6. Los cajones de estacionamiento serían más amplios.
7. No habría guerras, pero se revelarían los secretos de estado en el cafesito.
8. El Papa sería mujer (y encontraríamos una forma más bonita de decirle que “la Papa”)
9. Aparte de vales de despensa, tendríamos vales de guardarropa.
10. Como castigo a los infieles se les haría un tatuaje en el cuello para que todas las mujeres supieran con quién se meten (como la letra escarlata pero a la inversa).
11. El naco que te aviente un piropo sexual en la calle sería castigado con labor forzada en una construcción usando minifalda.
12. La telefonía mundial sería gratuita. ¡Comunicarte es tu derecho!
13. Los hombres que abandonaran a su familia serían encarcelados y forzados a trabajar en una maquila de ropa de maternidad. Su sueldo se le mandaría de forma íntegra a la madre de sus hijos.
14. Las fotos de las identificaciones oficiales serían de estudio, tomadas por un fotógrafo profesional.
15. Todas las empresas tendrían cafetería gratuita con snacks orgánicos y saludables.
16. La industria farmacéutica se concentraría en encontrar una cura para la obesidad.
17. La limpieza doméstica se haría por hombres atractivos en playeras ajustadas y sería una prestación de las empresas.
18. Las películas pornográficas tendrían buenas historias, música de orquesta y al menos 20 min de foreplay.
19. El mundial de fútbol ocurriría cada 10 años y en ciudades con grandes centros comerciales.
20. La educación sería excelente, gratuita y siempre una prioridad.
Sin hombres, probablmente algunas cosas serían más cómodas, no habría guerras y las calles estarían limpias, pero ¿qué haríamos sin ellos? Aún creemos firmemente que los necesitamos cerca de nosotras, no sólo por compañía, sino porque su balance nos hace más fuertes.
¿Ustedes que creen que cambiaría en el mundo si nosotras gobernáramos?
HOY PUEDE SER UN GRAN DIA
Habitualmente decimos: “que tengas un buen día” cómo sí tener un buen día dependiera exclusivamente del azar. Un buen día se crea. Hacer un buen día de mi día es mi responsabilidad.
Cada mañana tenemos frente a nosotros un número de horas y un número de tareas por hacer. Nos encontraremos con personas y con situaciones inesperadas. No tendremos el control de todo lo que ocurra pero sí el de elegir a cada momento nuestro modo de vivirlo.
¿Qué podríamos hacer cada día para tener un buen día?
He aquí algunas sugerencias:
1. Por la mañana, antes que cualquier otra actividad, podemos agradecer por lo bueno que tenemos. ¿Que tal enumerar al menos 20 motivos por los cuáles dar las gracias?
2. Comenzar por beber un vaso de agua es el mejor modo de recuperar energía.
3. Elegir conscientemente vivir el presente. No dejes que se te vaya la vida sin vivirla.
4. Realizar al menos una actividad que esté perfectamente orientada a las metas que me he propuesto (no debemos permitirnos vivir sin metas a corto y largo plazo).
5. Una buena acción desinteresada ayudará a mi desarrollo personal.
6. Al menos 10 minutos de una lectura que engrandezca a mi espíritu.
7. Elegir alimentos y bebidas que sean la traducción de cuánto me quiero y cuánto valoro mi salud y respeto a mi cuerpo.
8. Elogiar sinceramente a una de la personas con las que convivo cotidianamente.
9. Dar unos tres abrazos a quién se deje y decirle “te quiero” a quién quieras.
10. Hacer tu trabajo con la certeza de que es una bendición tenerlo: el trabajo es dignificante.
Recuerda que no tener nada que hacer entristece.
¡Que construyas un buen día!
Cada mañana tenemos frente a nosotros un número de horas y un número de tareas por hacer. Nos encontraremos con personas y con situaciones inesperadas. No tendremos el control de todo lo que ocurra pero sí el de elegir a cada momento nuestro modo de vivirlo.
¿Qué podríamos hacer cada día para tener un buen día?
He aquí algunas sugerencias:
1. Por la mañana, antes que cualquier otra actividad, podemos agradecer por lo bueno que tenemos. ¿Que tal enumerar al menos 20 motivos por los cuáles dar las gracias?
2. Comenzar por beber un vaso de agua es el mejor modo de recuperar energía.
3. Elegir conscientemente vivir el presente. No dejes que se te vaya la vida sin vivirla.
4. Realizar al menos una actividad que esté perfectamente orientada a las metas que me he propuesto (no debemos permitirnos vivir sin metas a corto y largo plazo).
5. Una buena acción desinteresada ayudará a mi desarrollo personal.
6. Al menos 10 minutos de una lectura que engrandezca a mi espíritu.
7. Elegir alimentos y bebidas que sean la traducción de cuánto me quiero y cuánto valoro mi salud y respeto a mi cuerpo.
8. Elogiar sinceramente a una de la personas con las que convivo cotidianamente.
9. Dar unos tres abrazos a quién se deje y decirle “te quiero” a quién quieras.
10. Hacer tu trabajo con la certeza de que es una bendición tenerlo: el trabajo es dignificante.
Recuerda que no tener nada que hacer entristece.
¡Que construyas un buen día!
HACIA DONDE VAS? Y CON QUIEN...
Estas dos preguntas son fundamentales y deben responderse en ese orden.
Sí no sabes hacia dónde estás dirigiendo tu vida, tu energía, tu tiempo, tus esfuerzos cotidianos, será muy fácil que te pierdas. ¿Lo sabes? ¿Tienes claro cuáles son tus objetivos? ¿Quién quieres llegar a ser? ¿Qué estás haciendo para lograrlo? Cuando nos estamos esforzando día a día en el logro de nuestras pequeñas y grandes metas la vida se vive mucho mejor. Hay motivación, estímulo, sentido. Yo sé muy bien que en ciertos momentos nos salimos del rumbo, nos desviamos, nos perdemos.
Pero sí sabemos bien a dónde queremos llegar podemos retomar una y otra vez el camino. Y de eso se trata la vida. No de llegar, sí de viajar.
Es fundamental saber primero dónde quiero llegar y entonces escoger a mis compañeros de viaje. Es más, cuando sabes bien a dónde vas, encuentras a tus acompañantes. El problema es buscar primero acompañantes y después elegir el destino. Así no es posible llegar, porque lo más probable es que sí lo que has buscado siempre es en primer lugar la compañía vayas hacia donde esa persona va.
En el tren de la vida es esencial elegir el destino y con boleto en mano, mapa e instrucciones para el viaje, subirse al vagón. Ahí estarán esperándote los que tienen el mismo objetivo. Te lo aseguro, no estarás nunca sola.
Subirse siguiendo a un pasajero que no sabe a donde va no es recomendable. No subirse es correr el peor riesgo de todos: no arriesgarse a viajar. Bajarse en alguna estación para cambiar de rumbo es casi siempre lo más indicado.
Si vas mal acompañada a quién sabe donde, mejor bájate del tren un rato. Y si no sabes a donde vas, te recomiendo que te sientes mucho rato a pensar...
Sí no sabes hacia dónde estás dirigiendo tu vida, tu energía, tu tiempo, tus esfuerzos cotidianos, será muy fácil que te pierdas. ¿Lo sabes? ¿Tienes claro cuáles son tus objetivos? ¿Quién quieres llegar a ser? ¿Qué estás haciendo para lograrlo? Cuando nos estamos esforzando día a día en el logro de nuestras pequeñas y grandes metas la vida se vive mucho mejor. Hay motivación, estímulo, sentido. Yo sé muy bien que en ciertos momentos nos salimos del rumbo, nos desviamos, nos perdemos.
Pero sí sabemos bien a dónde queremos llegar podemos retomar una y otra vez el camino. Y de eso se trata la vida. No de llegar, sí de viajar.
Es fundamental saber primero dónde quiero llegar y entonces escoger a mis compañeros de viaje. Es más, cuando sabes bien a dónde vas, encuentras a tus acompañantes. El problema es buscar primero acompañantes y después elegir el destino. Así no es posible llegar, porque lo más probable es que sí lo que has buscado siempre es en primer lugar la compañía vayas hacia donde esa persona va.
En el tren de la vida es esencial elegir el destino y con boleto en mano, mapa e instrucciones para el viaje, subirse al vagón. Ahí estarán esperándote los que tienen el mismo objetivo. Te lo aseguro, no estarás nunca sola.
Subirse siguiendo a un pasajero que no sabe a donde va no es recomendable. No subirse es correr el peor riesgo de todos: no arriesgarse a viajar. Bajarse en alguna estación para cambiar de rumbo es casi siempre lo más indicado.
Si vas mal acompañada a quién sabe donde, mejor bájate del tren un rato. Y si no sabes a donde vas, te recomiendo que te sientes mucho rato a pensar...
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